Fotorreportaje: la trazabilidad corre como Ferrari

No hay respiro ni teletrabajo cuando se trata de la trazabilidad, una herramienta que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, pero también un trabajo rudo que está sirviendo de sustento para decenas de familias.

Son cerca de las 08:30, estamos a minutos de que "suene la campana" y largue otra jornada de trazabilidad de este verdadero call center creado hace un par de semanas para llegar en forma precoz a los casos positivos de Covid-19, pero también a sus contactos estrechos.

Aunque lo vital es conseguir la información de las telarañas de contactos del enfermo, con el tiempo el espacio también se ha convertido en un canal de educación y orientación a quienes las ven negras con el virus. De hecho, si la situación lo amerita, hay ocasiones en que se debe hacer trabajo logístico para trasladar al paciente a una residencia sanitaria.

Día a día ponen el hombro un poco más de 500 personas, que se dividen en dos turnos y cuentan con un espacio muy grande en dos pisos en la comuna de Ñuñoa.

Antes que el reloj marque la hora sagrada de ingreso, todos los días se realiza el mismo ritual: Se toma la temperatura, se aplica alcohol gel y se reparten mascarillas a los trabajadores. Funcionarios de la Seremi, al terminar la jornada, sanitizan el lugar, para disminuir al mínimo el riesgo de contagio.

Más de 200 computadores están encendidos. Y como en una carrera de la Fórmula 1, donde rugen los motores, acá solo se escucha el sonido que emiten los teclados en un frenético rastreo sin pausa. Se respetan los espacios entre unos y otros y los cascos de carreras son remplazados por mascarillas de distintos tipos y colores. Algunos utilizan antiparras, porque con el virus siempre, pero siempre, es mejor prevenir que curar.

El proceso de trazabilidad funciona de la siguiente manera: una vez identificado un paciente Covid-19 positivo, el médico debe notificarlo en una plataforma, que se llama Epivigila, donde son ingresados los datos claves.

Luego se notifica a la Seremi de Salud, que reúne y consolida esta información y posteriormente a través del call center se llama a la persona infectada para conocer su estado de salud. Es clave saber si está realizando el aislamiento adecuado, darle las indicaciones de educación sanitaria, identificar sus contactos estrechos y trasladarla a residencia sanitaria si el peligro es inminente para él y sus cercanos.

La carrera diaria es dura y, por lo mismo, da tiempo para pasar a los pits donde un café reponedor o un plato de comida es "bencina" para los motores de los telefonistas. Algunos toman ventajas y pueden contactar a más gente, que es la meta donde el Gran Premio es la satisfacción del deber cumplido. Otros se esfuerzan, pero la suerte no está de su lado.

Con el correr del día las vueltas a la pista van llegando a su fin. Son cerca de las 18:30 y se disputa la última "curva". Con cansancio se visualiza la bandera a cuadros flameando al ritmo del banderillero, mientras unos cruzan la meta y otros arriban después. Pero no hay problema: mañana se tendrá que acelerar de nuevo y alguien de seguro lo va a agradecer.

La rutina de la trazabilidad en postales

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