Mientras trabajó en el establecimiento, el imputado por crimen de Nibaldo Villegas se burló y violó intimidad de pacientes. También habría robado medicamento.
El crimen del profesor Nibaldo Villegas sigue dando que hablar. Mientras que la semana pasada se llevó a cabo una controversial audiencia preparatoria del juicio oral, este lunes se dieron a conocer nuevos detalles de la personalidad de Francisco Silva, imputado por el homicidio.
En entrevista con Bienvenidos, Patricia, una ex colega del paramédico, lo definió como "un mitómano absoluto. Todo el día era mentiras, toda su vida era una mentira. Era muy mentiroso".
"Decía que tenía un hijo, que no era de él, después que sí era de él. Que tenía una polola, que después era su esposa", detalló la mujer, quien conoció a Francisco al interior del centro psiquiátrico donde trabajaban.
Sobre su relación con los pacientes, recordó que "había uno en especial que no le agradaba. Un día yo lo vi y lo quería tirar por la escala. El usuario se fue. El tipo (Francisco) trató de reducirlo". Tal fue el grado de agresividad que empleó en esta acción que, según Patricia, el paciente pensó que Francisco lo había tratado de violar.
"Le encantaba duchar a los usuarios por la tarde. A él le gustaba mirarlos cuando se duchaban", añadió.
Además, aseguró que los extraños movimientos de Silva durante una reformalización serían los mismos que presentaban los usuarios del centro. "Ese movimiento que tenía era el mismo que tenían los usuarios. Él hacía los mismos gestos que otros usuarios, los imitaba", contó, sobre las burlas del imputado.
ROBOS
En conversación con el panel del matinal, María, ex colega de Silva en el centro psiquiátrico, explicó sobre Silva que "al principio llegó tranquilo, una persona muy trabajadora. Se veía disciplinado. Porque decía que él solo comía lo que llevaba".
Posteriormente, su verdadera personalidad comenzó a revelarse junto con la desaparición de objetos. "Los robos que él hizo ahí, él los planeaba. Él organizaba algo para que fuéramos a algún lugar y él robaba las cosas. Era muy manipulador". dijo.
"Todo el tiempo tenía una polola distinta. Hablaba todo el día con mujeres. Con otra, con una que había estado muchos años, según él. Decía que el niño era retardado. Nosotros le decíamos cómo podía decir eso. Él decía que si no fuera por él, ese niño no entendía nada. Que las mujeres no sabían criar ese tipo de niños", añadió.
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