“Fue un momento de emoción, de cerrar una etapa. El padre, dentro de todo, mostró su alegría porque lo había encontrado, pero también su pena”, señaló Francisco Lara, concejal, tras encontrar el cuerpo de Leonardo Molina.
El sábado pasado se acabaron meses de sufrimiento y angustia para la familia de Leonardo Molina, joven que desapareció mientras hacía trekking una mañana en el cerro Malalcura, ubicado en San Fabián de Alico, región de Ñuble. Esa tarde, en una búsqueda que contó con la participación de Carabineros, particulares e inclusive autoridades, encontraron su cuerpo.
Precisamente fue una de las autoridades, el concejal Francisco Abner Lara Villa, quien avisó del hallazgo. Él se unió al grupo de búsqueda desde hace más o menos un mes, cuando las condiciones climáticas avanzaron en favor de la exploración.
De hecho, este fin de semana, según relató, era la segunda vez que subía al lugar. Lo hizo confiando en las coordenadas que le entregó un vidente.
En conversación con Las Últimas Noticias, sostuvo que “pensábamos que por la desesperación el joven bajó de noche, con lluvia y nieve, por una montaña que es espesa y densa. De repente quedábamos perdidos entre los árboles”.
Por lo mismo, dijo que fue “perdiendo la esperanza, porque pensaba ¿cómo iba a bajar hasta acá?”. Sin embargo, de pronto, “miro y encuentro un gorro blanco…, fue como un balde de agua fría”.
“Le dije a mi colega y posteriormente miré debajo de un árbol y le dije: aquí está”. Y sí, era el cuerpo del estudiante de ingeniería.
Más tarde, Lara reconoció que aunque conocían el cerro “como la palma de la mano”, se les dificultó la búsqueda porque el joven “bajó hasta una quebrada, seguramente ya no le dieron las fuerzas”.
“Fue un momento de emoción, de cerrar una etapa. El padre, dentro de todo, mostró su alegría porque lo había encontrado, pero también su pena”, explicó más tarde el concejal, en relación al instante en que la familia se enteró del hallazgo.
Recordemos, el joven, estudiante de ingeniería eléctrica, comenzó a trepar el cerro el jueves 30 de junio. Salió de su casa a eso de las 05.30 de la mañana, pero a las 13.30 comunicó a su familia que se había perdido y no sabía cómo regresar. Les envió su ubicación por GPS, pero al cabo de un rato, producto del frío presumiblemente, se perdió la señal.
El GOPE y otras unidades de emergencia se arrojaron a su búsqueda desde entonces, sin buenos resultados. Inclusive la búsqueda masiva se había dado por terminada el 8 de julio, pero la familia y vecinos insistieron.