Felipe Fuentes (35) se tragó el aparato metálico en medio de una intervención en la Clínica de la Universidad Viña del Mar. Lo tuvo que sacar de su cuerpo de forma natural...
Fue por un tratamiento de conducto y terminó con un gancho de 6,5 centímetros en su interior. Esa es la trágica historia que tiene a Felipe Fuentes (35) pasándolo pésimo y endeudado, situación que fue denunciada ayer por el matinal "Buenos Días a Todos".
El hombre de Quilpué llegó en mayo del 2019, por recomendación de un amigo, hasta la Clínica de la Universidad de Viña del Mar (UVM), en el Mall Marina Arauco, donde fue atendido por un alumno de cuarto año de la carrera de odontología, esto para ahorrarse bastante dinero en un procedimiento que puede llegar a costar 200.000 pesos.
Todo iba bien hasta que un descuido del joven y su profesor terminó con el objeto metálico en el interior del afectado. "Estaban utilizando una máquina, que era la que ocupaba ese gancho. Esa les falló, por lo que el alumno le pidió ayuda a su profesor, que le dijo que fuera a cambiarla. Cuando la sacan se queda el gancho en la boca, como si fuera un anzuelo. Fue ahí cuando me empecé a ahogar", comienza el relato de Felipe a La Cuarta.
El afectado paciente contó que "traté de decirle al docente, que se quedó ahí conmigo, que me estaba ahogando, y él sólo me pedía que me calmara. Me estaba desesperando, y me puse hasta morado. Me tuve que tragar lo que me estaba ahogando y ahí le pude contar, y me dijeron que era imposible".
Cuando el alumno retornó al lugar de trabajo fue que se dieron cuenta de qué fue lo que se tragó Fuentes: un gancho de 6,5 centímetros, el que no pudo ser retirado de inmediato de su cuerpo, y que permaneció ahí por 11 días, hasta que lo votó de forma natural. "Tuve que tomar vaselina para poder sacarlo", agregó.
Según explica Fuentes, decidió hacer el caso público por el trato que ha recibido de parte de la institución, tanto en el momento del incidente como en los meses venideros. Dice que la reacción fue tardía, que no existía un protocolo y que el alumno tuvo que ocupar el auto del afectado para llevarlo hasta un centro asistencial.
"No puedo creer que un centro que trabaja con alumnos no tenga un protocolo para estos casos. Además, quiero que la universidad responda por todos los gastos que tuve que realizar en este tiempo, que llegan a los 2 millones de pesos", agregó Fuentes, que no trabajó por dos meses y hasta se le infectó el tratamiento que se fue hacer en la Clínica de la UVM.
Respuesta
A través de un comunicado, la universidad lamentó "profundamente que esta situación provocada por un error involuntario haya provocado inconvenientes para nuestro paciente".
En cuanto a su actuar, entregan una versión distinta a la relatada por Felipe, señalando que "desde el primer momento hemos estado en contacto con él para prestarle apoyo. Se le ha ofrecido cubrir todos los gastos económicos (...) se aplicaron todos los protocolos establecidos por esta clínica para este tipo de situaciones", dice el comunicado.
La Cuarta también se comunicó con el docente a cargo de la operación, pero este se negó a entregar su versión de los hechos.
Felipe Fuentes planea tomar acciones legales contra la universidad, por las consecuencias de lo ocurrido y por el daño moral causado.