En los 80, dos familias se unieron para toda la vida. Miguel Cáceres y su hermana Adelina se enamoraron de los broders Zenaida y Ruperto Chávez, respectivamente. Después de tres décadas de amor, viven uno de los momentos más complicados de sus vidas.
La historia comenzó hace 34 años, cuando Miguel Cáceres (56) conoció a Zenaida Chávez (53), en Catemu. Cuenta la historia que mientras Miguel coqueteaba a Zenaida, Ruperto (60) salía con Adelina (62).
Rápidamente, las dos parejas contrajeron matrimonio y se instalaron en San Pedro de Alcántara, en la comuna de Paredones, donde construyeron dos casas pegadas. "Mi hermano es el esposo de ella, y su hermano el mío, jugamos a las cambiaditas como se dice", explicó Zenaida.
Pasaron los años en este rincón del mundo, y sin mayores complicaciones, hasta que las llamas azotaron las tierras de la familia.
A pesar de vivir con otras 10 familias en el sitio, a los Cáceres y Chávez les tocó la peor parte: perdieron sus casas y animales, pero no las ganas de seguir.
"Llamé para el sector y me dijeron que se había quemado mi casa y la de mi hermano. Lloré mucho rato sin poder parar. Mirar tus cosas así es impactante, y no teníamos ni donde dormir", dijo Adelina, mientras recorría los restos de lo que hace unos días era su comedor.
El lugar siniestrado queda a más de 60 kilómetros de Santa Cruz. El único acceso posible es en vehículo por las quebradas y el frondoso bosque que cubre todo a su alrededor.
Más de dos días estuvieron combatiendo el incendio sin la ayuda de nadie. Entre todos los vecinos de la localidad armaron cortafuegos y con ramas de eucaliptus trataron de hacer todo lo posible. "A nosotros el fuego nos ganó. Pese a los esfuerzos, la condición del viento nos quemó la casa. Lo único que saqué fue a mi perro, ni zapatos tenía, estas chalitas me las regalaron", contó Ruperto.
PESADILLA
Los Cáceres y Chavéz no han podido dormir como lo hacían antes. Las secuelas de la tragedia siguen ahí latiendo. "Estoy impactada y no puedo dormir. Cierro mis ojos y veo mi casa. Sé que nunca voy a recuperar todo lo que tuve", confesó Zenaida, quien también se quejó de la nula ayuda: "Me acuerdo del momento donde estuvimos solos. No había ayuda de nadie, ni de bomberos, ni de carabineros, pedimos auxilio y no llegó nadie".
Pese a que el incendio fue combatido con éxito, aún quedan pequeños focos, que pueden volver a prender todo el sector. Zenaida está consciente de esto y tiene miedo: "No se lo doy a nadie, pienso que en cualquier momento puede volver el fuego, si se fija andan chispas prendidas aun que saltan de lugar en lugar".