Condenados hicieron un minucioso análisis del entorno. Pertenecían a la torre 3 B, que da justo a los talleres, y aprovecharon la neblina que normalmente afecta la zona en esta época del año. Gendarmería inició sumario.
Como todos los días del año a las 8.00 horas de ayer, el personal de Gendarmería realizó el conteo de rigor de los 2. 113 reos que alberga el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Colina 1.
A los pocos minutos, se dio la voz de alarma: les faltaban tres penados de la torre 3 B que compartían una misma celda y que, según registran las cámaras de vigilancia, se mandaron a cambiar a las 4.30 horas, informó el director regional metropolitano de la institución, coronel Víctor Fuentes.
Se trata de tres presos de alta peligrosidad. Ellos son Eduardo Andrés Pavez Peñaloza (29), condenado por robo con intimidación; Guillermo Segundo Villarroel Orellana (29) y Pedro Pablo Torres González (31). Los dos últimos cumplían pena por homicidio.
"Existe en este momento antecedentes que tres internos vulneraron la barrera física y de seguridad del establecimiento de Colina 1 (...) ellos accedieron a un patio a través del corte de barrotes de las dependencias que habitaban, recorrieron parte del establecimiento hasta llegar a la zona perimetral y, cortando distintas mallas, accedieron hasta el exterior", precisó el coronel Fuentes.
Agregó que "(los reos usaron) herramientas que de momento estamos indagando de dónde las obtuvieron, o quizás las fabricaron (...)". Finalmente, explicó que existían un sumario interno para saber qué pasó con las cámaras y por qué los centinelas no advirtieron la fuga.
El escape
Los tres presos usaron herramientas posiblemente sacadas de los talleres, ubicados en el sector laboral de Colina 1 para romper los barrotes de su celda, señaló a La Cuarta Manuel Catalán, presidente de Provincial ANFUP Santiago.
El gendarme explicó que la torre 3 B, que está al lado izquierdo del recinto, da a un patio aledaño a los talleres. Esto significa que el recorrido no fue muy largo porque los presos salieron al pasillo donde hay cámaras y de ahí al sector descubierto.
El siguiente escollo fue evitar ser vistos en la línea de fuego . "Ese lugar es vigilado por 10 torres y en cada una de ellas hay un gendarme con un citófono, un arma corta (revólver o pistola) y una uzi", manifestó Catalán.
Agregó que acá hay un factor que habla de la detallada planificación de los condenados, porque todo el mundo que ha estado en Colina 1 sabe que en esta época del año la neblina afecta al sector y dificulta mucho la visibilidad.
Superada esa línea que es donde los funcionarios pueden tirar a matar, el trío ingresó a los talleres. Allí hicieron un forado y lograron romper las mallas de acero que van por dentro de los muros, contó el dirigente.
"Los fugados tenían claro que salían justo a una población donde se podían perder rápidamente o tenían la opción de arrancar de inmediato por la carretera General San Martín. Tenían clara la película", manifestó Catalán.
El dirigente aclaró que a pesar de que la institución tiene un 0.6% de evasión en todo el país, hay que dejar claro que las malas condiciones en que Gendarmería trabaja facilitan estos episodios. "Imagine que 10 centinelas vigilan el perímetro y 6 u 8 gendarmes están a cargo de 2150 reos", puntualizó.
De todas formas el funcionario reconoce que el mayor error estuvo en la central de cámaras que debieron haber visto que había reos en los pasillos.
Hasta esta publicación, se supo que Pedro Torres González fue sometido a control de identidad por Carabineros, en Coronel, y que habría escapado.
Según publicó Tele13, el fiugitivo eludió el procedimiento, luego que los registros policiales no arrojaran la alerta, es decir, no estaban actualizados.
Dispar situación vivió el acompañante de Torres González, quien mintió sobre su identidad y forcejeó con un efectivo policial, a quien habría arrastrado por siete metros desde el vehículo donde intentaba huir.
Para evitar la fuga, un otro funcionario habría percutado balazos contra el vehículo y herido en la cabeza a uno de los sujetos, el cual permanece internado en el Hospital de Coronel.
La Cuarta consultó esta versión a Carabineros, pero desde la institución respondieron no tener información oficial de aquel procedimiento.
En julio de 2018 pasó lo mismo en otra Cárcel de Alta Seguridad
Dos reos se fugaron desde el interior del penal Colina 2 durante la madrugada del 6 de julio de 2018. Los protagonistas de ese escape fueron Fernando Andrés Castillo Herrera (26) y Franco Andrés Álvarez Astudillo (26), ambos imputados por delitos de robo.
En aquella oportunidad, los perlas cortaron la malla de la línea de pre-fuego, cruzaron arrastrados el cerco eléctrico y saltaron la muralla sin ser advertidos por los gendarmes que custodiaban el penal.
La fuga generó un importante operativo policial que concluyó con la recaptura de ambos, diez días después, en Alto Hospicio.