La ministra de Transportes, Gloria Hutt, se abrió a aplicar un cobro a los automovilistas para ingresar al centro de Santiago, con el fin de evitar la congestión. Acá la experiencia internacional.
A diario los santiaguinos conviven con un fenómeno que se torna cada vez más problemático: los tacos.
Y el acelerado crecimiento del parque automotriz en la capital, que en los últimos 10 años sumó 1,96 millones de nuevos vehículos particulares (según cifras de la Asociación Nacional Automotriz de Chile) no ha hecho más que aumentar la congestión.
Una de las ideas que ha sido barajada en los últimos años, por los distintos gobiernos, es la aplicación de la tarificación vial, que no es otra cosa que cobrar a los automovilistas por transitar en zonas de alta congestión. ¿El objetivo? Desincentivar el uso del auto.
La medida fue una de las recomendaciones que el comité de expertos del Transantiago el hizo a René Cortázar cuando era ministro de Transportes, del primer gobierno de Michelle Bachelet.
En 2015, una comisión Pro Movilidad, conformada por 26 expertos, entregó un informe de 231 páginas con medidas que permitirían reducir y mitigar la congestión en todo el país.Cobrar por el ingreso a zonas de congestión se incluyó en un proyecto presentado en 2016 por los senadores Guido Girardi, Manuel Antonio Matta y Manuel José Ossandón, que hoy duerme en el Parlamento.
La tarificación vial, que actualmente se aplica en diversos países como Inglaterra y Singapur, fue retomada esta semana por la actual ministra de Transportes y Telecomunicaciones, Gloria Hutt, quien señaló que hay una serie de estudios, hechos en los últimos años por su cartera, que muestran las áreas donde podría implementarse.
Desde el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones señalaron a Sábado que la medida "es una alternativa que está recién en una fase inicial de análisis" y que, para evitar la congestión, apuestan como primera instancia a "fortalecer el transporte público". Además, destacaron que "se está trabajando en planes para restringir estacionamientos en zonas de alta congestión" y que "la prioridad es darle más espacios a otras formas de movilidad como bicicleta o caminata".
No obstante, es una medida que se mantiene en carpeta. ¿Cómo ha funcionado en otras partes del mundo? ¿Ha probado ser un elemento eficaz para eliminar la congestión? ¿Ha generado efectos secundarios no deseados? A continuación un recuento de los principales países donde ha sido implementado.
Londres, Inglaterra: Desde 2003 se debe pagar una tarifa de congestión -hoy en 11,5 libras ($10.400)- para ingresar al centro de la ciudad, de lunes a viernes entre las 07:00 y 18:00. El perímetro incluye el centro de la City y el West End, donde muchos comerciantes han acusado bajas en sus ventas. La iniciativa ha funcionado con éxito -con una baja del 40% del flujo vehicular- y todo lo recaudado va al transporte público e infraestructura para peatones y ciclistas.
Nueva York, EE.UU.: El alcalde Michael Bloomberg quiso implementar en 2008 esta tarificación para ingresar a la zona de Manhattan, pero fue rechazado por los legisladores al cuestionar su factibilidad y por su efecto en los ciudadanos de clase media. La medida fue reflotada en 2017 por Fix NYC, un grupo consultor de tránsito nombrado por el gobernador Andrew Cuomo.
Oslo, Noruega: Se implementó en 1990 un sistema de cobro electrónico para el acceso a la ciudad, cuyos fondos van destinados a mejorar la infraestructura urbana. Aunque no se pensó como tarifa de congestión, como el corredor atraviesa el centro de la ciudad, el peaje funciona como un desincentivo para viajar a esa zona de la urbe, lo que ha provocado un descenso en la congestión.
Estocolmo, Suecia: A través de un referendo, los sus habitantes aprobaron en 2006 la implementación del peaje urbano. El ingreso al centro de la ciudad se hace a través de una tarifa que no es fija, sino por horarios (valores más altos en horas punta), y se paga de forma automática al ingresar o salir de la zona delimitada. Ha reducido la congestión hasta en 20%.
Ciudad de Singapur, Singapur: En 1975, Singapur fue la primera ciudad en el mundo en implementar con éxito una tarifa de congestión, la cual se cobra a todos los vehículos que entran y salen del centro urbano. El actual modelo de tarifa electrónica funciona desde 1981. Según cifras de las autoridades locales, el flujo disminuye en casi 25 mil vehículos en las horas punta.
Milan, Italia: En 2008, el Ayuntamiento implementó el ECOPASS, un sistema para tarificar la circulación de los automóviles en el centro de la ciudad durante las horas mas congestionadas, con el fin de frenar la contaminación y los tacos. Los autos menos contaminantes no pagan para ingresar, mientras que el resto debe pagar entre 2 y 10 euros ($ 1.500 a $ 7.800).