La abuelita de Iván Martínez estaba metida en el negocio de las funerarias y él, a los 21 años, siguió sus pasos, cuando abrió su primera sucursal en Puente Alto. Ahora el empresario de 39 años tiene siete negocios, dos en la comuna donde partió y otros cinco en Las Condes, Maipú, La Florida, Recoleta e Independencia.
La vida le ha sonreído al dueño de la cadena de funerarias que bautizó con su nombre, y para retribuir en algo a la sociedad creó una fundación en la que ofrece servicios mortuorios gratuitos para los deudos que no pueden pagar.
Iván explicó que la forma en que los familiares de los difuntos acceden a ellos es mediante organizaciones que trabajan con personas indigentes, y agregó que al mes realizan entre tres y cuatro servicios gratuitos, avaluados cada uno en alrededor de 500 mil pesos.
Conciencia social
"La idea partió hace poco más de seis meses y nuestra intención era asistir a las personas que fallecen en situación de calle y no tienen domicilio fijo, porque normalmente cuando las personas de escasos recursos mueren, la comuna donde habitan se hace responsable del servicio funerario, pero cuando fallece alguien de la calle, y tiene domicilio indeterminado, nadie se hace cargo", explicó el hombre tras la Fundación Funeraria Iván Martínez.
"Hay una necesidad en el país de dar solución a este problema, y ahora nosotros nos hacemos cargo en la medida que podemos, le damos servicio funerario completo", sostuvo.
"Somos una empresa privada con fines de lucro, pero tenemos conciencia social, ponemos una urna, que no es básica, es una urna aceptable, decente, digna. El retiro del fallecido del hospital, una sala velatoria, una carroza y el auto de acompañamiento. Es un servicio funerario estándar, y si hay gente con problemas sicológicos tenemos sicólogos, y ofrecemos abogados si es que hay un tema legal pendiente".
-¿Qué pasa con la mayoría de los indigentes al momento de su muerte?
Si nadie los reclama, como suele suceder, se van al Servicio Médico Legal y ahí pueden pasar uno o dos años, y de ahí se van a estudio.
-¿A escuelas de medicina?
Sí, claro.