La "procesión" de Gabriel Silber

Ni su eterno vínculo con la política preparó al diputado DC para la semana más compleja de su vida profesional y familiar: debió responder frente al país por acusaciones de violencia contra su esposa.

Una carta anónima, enviada a 155 diputados, tiró a la basura las aspiraciones de Gabriel Silber de convertirse en presidente de la Cámara de Diputados. En la misiva se acusaba al político democratacristiano de violencia intrafamiliar en contra de Cristina Orellana, mujer con la que contrajo matrimonio en noviembre del 2012.

La pareja llegó hasta la Unidad de Cibercrimen de la PDI para que se investigue formalmente el origen del correo, pero Silber decidió dar un paso al costado y renunciar a la eventual presidencia del período legislativo 2020. Un balde de agua fría para un hombre que lleva a la política en el sangre.

De familia

Silber nació en Santiago, el 15 de septiembre de 1976. Hijo de Jaime Silber Merener y Carmen Romo Sepúlveda, ex alcaldesa de Quilicura entre los años 1992 y 2006 y de quien heredó la pasta política, esa que hoy le jugó una mala pasada.

Sus primeros coqueteos con la política los dio en 1997 en la Universidad Diego Portales, casa de estudio donde se tituló como abogado. Fue en el Barrio Universitario donde armó su primer discurso frente a sus compañeros del Centro de Estudiantes de Derecho. De ahí, la política estuvo siempre en su vida.

En 2001 se unió a la Juventud Demócrata Cristiana, donde fue vicepresidente nacional hasta llegar a su primera pega lígada al mundo político: asesor del ex ministro de Vivienda, Jaime Ravinet.

De consultor del también ex edil, en 2005 saltó a candidato a diputado por el Distrito 16, que abarca las comunas de Colina, Lampa, Tiltil, Pudahuel y Quilicura.

Fue electon representante en la Cámara Baja por tres períodos consecutivos. En 2017 decidió volver a postular al carga por el distrito 8

"La política a veces es sin llorar, pero en este caso ha sido lo contrario. A veces, la procesión se lleva por dentro. Uno siempre está disponible para el escrutinio de carácter público y uno siempre tiene que estar disponible a rendir cuentas", comentó Silber en medio de la polémica, que liga su vida personal y profesional.

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