Con pétalos de rosa, organilleros y chinchineros, despidieron ayer en la mañana a la funcionaria del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Galia Díaz (36).
Más de 1.500 personas llegaron hasta el Teatro Oriente en Providencia para expresar su dolor por la partida de la joven comunicadora audiovisual y madre de tres hijos, quien perdió la vida el viernes en la tragedia de Juan Fernández.
Su padre, Héctor Díaz, se mostró destrozado por la pena y en la ceremonia fúnebre recordó la generosidad y la entrega que su hija tenía en el trabajo.
Contó que el día del accidente, Galia llevaba 25 kilos en libros para los niños del poblado Juan Bautista, además de unos diplomas enmarcados.
Don Héctor aseguró que ella insistió hasta el último momento en llevar esos presentes a los peques isleños, pese a que la FACH se oponía por el peso.
Una amiga de Galia, Loreto Bravo, habló entre lágrimas y aseguró que "estoy agradecida por haber sido su amiga, era una mujer excepcional, que transformaba el rencor en alegría y fuerza para salir adelante".
Su colega y amigo del Consejo de Cultura, Marco Llerena, agregó emocionado, "fuiste nuestra y lo serás siempre".