Víctor Miranda, el gran ganador de El Ensayo 2008 sobre el lomo de Stolen Heart, nos abrió las puertas de su palacete en Puente Alto y también las de su corazón, para contarnos cómo han sido de felices las horas que ha vivido junto a su gente luego de triunfar en la carrera más bacán de Chilito.
"Todavía no logro poner muy bien los pies en la tierra. Recién me estoy dando cuenta de lo que significa ganar una prueba tan importante", dice mientras nos presentaba a su familia. Puras evas y todas con "K": Karen, su señora; Karolina, la heredera de ambos, y también Karla, hija del primer matrimonio de su media naranja.
"Si más adelante llegamos a tener un niño, se va a llamar Vicente, para que coincida con las tres primeras letras del nombre del papi", comenta Karen. Enfatiza que el llamado a la cigüeña es un proyecto a laaaargo plazo, aunque a lo mejor, tras la victoria del viernes, se entusiasman antes con tanta celebración.
"Este triunfo abre un nuevo capítulo en nuestras vidas", señala Víctor. "Atrás quedará todo lo malo y todo lo triste. Estuve un año sin correr mientras me recuperaba de una fractura de fémur y parecía una maldición el hecho de que volvía a montar y a las pocas semanas otra vez estaba en el suelo. No sabía qué pensar. Atrás quedará también todo lo ocurrido a raíz de la lamentable rodada del colega Víctor Riquelme, accidente del que me responsabilizaron. Eso ya es un capítulo cerrado. Imagínese, yo tengo un hermano (Óscar, también jinete) que se accidentó en la pista y hoy se mueve en silla de ruedas. Nadie quiere perjudicar a un colega".
SÚPER PIOLA
"Víctor es un chiquillo muy serio, trabajador y profesional", comentó alguna vez Andrés Bernal, el entrenador que le sacó la patente de cuidador, paso previo antes de convertirse en jockey.
"Es verdad, soy bien pa' dentro, pero felizmente estoy casado con Karen y ella es lo más sociable y entradora que hay. Cuando estuve lesionado no faltaron los problemas con el tema de las licencias médicas, pero ella porfió y discutió hasta que se solucionaron las cosas", agrega el joven astro, para ratificar que se complementan a la perfección. Concavo y convexo.
Víctor cuenta que después del triunfazo en El Ensayo se quedó en casa de parientes. El viernes por la noche picó unas papitas fritas junto a su wife y brindó con champán, pero el sábado estuvo bien tempranito en el Hipódromo Chile y después en el Club Hípico. También se dio tiempo para salir a trotar. "Aprendí que en la vida hay que perseverar, hay que luchar. Pese a que me estaba yendo mal, nunca pensé en retirarme. Me decía que lo único que yo sé hacer bien es montar caballos, así que tenía que salir adelante. Ahora que todo aparece más favorable no voy a dejar de trabajar, porque es la única forma de avanzar", afirma con convicción.
ALBOADICTO
A Víctor le gusta la vida hogareña y disfruta con las gracias que le hace Karolina, la chiquitita de la casa. Confiesa ser un cero a la izquierda en la cocina, aunque si le toca entrar en esa carrera cree que los fideos que prepara no lo van a dejar mal parado.
Reconoce que no es un futbolero consumado, pero que igual tiene un equipo regalón: "Soy hincha de Colo Colo, pero no de los fanáticos".
Como la mayoría de sus colegas, en el casco tiene la imagen protectora de la Virgen. "Soy muy creyente y tengo claro que Diosito y mi familia me ayudaron a superar los tristes momentos que me tocó vivir en esta profesión".
EL ASTRO PERTENECE A UNA GENERACIÓN DE ORÉGANO
Víctor comenzó el laburo a fines de 2003, año que marca el estreno de una de las mejores promociones de la Escuela de Jinetes. La camada la integraban también Héctor Isaac Berríos, Elías Toledo y el Nico Inda.
En la Escuela sacan pecho por el campañón realizado por los nombrados, aunque no son pocos los que apuntan que estos chiquillos salieron buenos porque tenían en el cuerpo mucho trabajo de corral.
EL PRIMERO
Tito Berríos, el Nico y Elías a lo mejor cuentan con más triunfos que Víctor, pero él fue el primero en conquistar El Ensayo.
El astro cuenta a La Cuarta que no se preparó de manera especial para competir el viernes. No hizo, como el Loquito Bielsa, una sesión de videos, sino que trató de no pensar en la carrera.
"Como soy muy introvertido, me caliento mucho la cabeza pensando y repensando lo mismo", explica. Antes de entrar a la pista, su hija Karolina le pidió un "becho" y le deseo suerte. Al rato, Carlos Heller, presidente del Club Hípico y dueño de la potranca Stolen Heart, le dijo en castellano antiguo: "Mira hueón, yo te tengo mucha fe, la potranca es bien buena, hueón, así que pónele nomás porque la vas a pelear, hueón".
CACHÓ TARDE
Víctor Miranda confesó que no miró para el lado en la meta y que exigió a Stolen Heart con tutti: "Cuando crucé la meta no me vi ganador y al parar me di cuenta de que Óscar (Ulloa) hizo un gesto como de victoria. Así que me acerqué a felicitarlo. Estaba en eso, cuando alguien gritó que los de la tele me estaban enfocando a mí. Óscar entendió que el triunfador había sido yo, así que me devolvió la felicitación".
Marco Antonio Solís