Era cosa de echarle una mirada a las imágenes que llegaban de Sudáfrica para saber que Holanda tendría un gran debut ante Dinamarca.
Las hinchas de ese país arrasaban con su belleza y así, ¿quién no jugaría motivado?
Sin embargo, no sería la testosterona lo que llevaría a la "Naranja Mecánica" a la apertura de la cuenta, sino el infortunio de sus rivales.
Tras un primer tiempo parejo, el inicio del segundo lapso marcaría el trámite del encuentro, ya que tras un agilado cabezazo de Paulsen el pobre Agger metería el balón en su propio arco. Carambola vikinga que les costaría cara.
Luego vendría un absoluto dominio de los subcampeones mundiales en el 74 y 78, y esto permitiría que Sorensen (el arquero danés) se transformara en figura y que los representantes de los Países Bajos presentaran su candidatura para ganar la Copa en Sudáfrica. Si muchos dijeron que hasta Robben (la figura holandesa) podría seguir recuperándose tranquilo de su lesión, pero eso ya parecía un poco exagerado.
Aunque quizás no lo es tanto, si pensamos que en el último minuto, cuando Elia estrelló su remate en el poste, Kuyt no tuvo problemas para anotar la segunda pepa con el arco a su merced.
De ahí a cobrar. No pues, no con las lindas chicas que repletaron el Soccer City de Johannesburgo. Ellas sólo atinaron a celebrar y a mostrarle sus atributos a cuanta cámara se les cruzó en el camino, aunque si lo pensamos bien, no era malo jugarles un "tercer tiempo". Quizás ellas resistían más que los daneses...
DOS DANESES MADRUGARON, PERO... CONGELADOS PARA NADA
Llovía en Santiago y la sensación térmica congelaba hasta a un pingüino, pero igual un par de daneses llegaron hasta el Flannery's, un bar peloláis ubicado en Las Condes, para alentar a su selección.
Con gorros de vikingos y ganas de estar en Sudáfrica, ambos siguieron el encuentro con los escasos parroquianos que transitaban a esa hora de la madrugada (7.30 AM) por el lugar, y comentaban el encuentro cada vez con menos ganas.
Es que en la cancha, su oncena daba jugo y más encima Holanda abría la cuenta con un autogol (ver nota principal). Todo mal para estos muchachos, porque la cosa no mejoraría en el resto del encuentro (les marcaron otro gol) y con el correr de los minutos el frío parecía aumentar en vez de disminuir en la capital.
"Estuvo mal. Todo mal", comentó uno de los daneses a la salida del recinto. Es que a esa altura, ya ni siquiera tenían ganas de decir su nombre y eso que no sabían que los tacos ya se habían tomado la capital.