Con una inversión inicial súper baja, puede llegar a facturar $800 mil mensuales, después de hacer un curso de manicure y quedar experta en uno de los oficios más top y rentables de esta era.
Así como prácticamente cada una cuadra vemos una farmacia y una barbería, así de habitual se está haciendo también la presencia de los negocios especializados en manicure.
Hace años que la tendencia en el cuidado y embellecimiento de las uñas ha tomado nuevos ribetes, mucho más osados que la típica pintadita de uñas que se hacían antiguamente las mujeres en sus hogares.
Y como lo ideal es ser atendida por una experta, que prácticamente convierta las manos en diez pequeñas obras de arte, se hace fundamental que las personas que se dediquen a este oficio lo hagan de la manera más profesional posible.
Esto es clave, ya que en un mercado donde la oferta cada vez es más amplia, lo que termina marcando la diferencia es la calidad con la que se desempeña una artista del esmalte.
Para hacer de esta actividad no sólo una pasión, sino que un negocio rentable, tomar cursos termina siendo la ruta más segura al éxito. Y una empresa que la está rompiendo como formadora de profesionales de las uñas es Luxury Nails Factory (LNF), que llegó a Chile hace poco más de cuatro meses y ya ha formado a más de 500 manicuristas (92% están hoy trabajando).
Profesionalización
Lo que antes era algo menor, hoy se ha convertido prácticamente en parte del outfit de las mujeres, que cada vez son más exigentes cuando ponen sus uñas en manos de una especialista.
Por lo mismo, contar con la preparación más avanzada es vital para quienes opten por este camino. Así lo comprende Pamela Parra, directora general de LNF, quien admite que "esto pasó de ser un oficio y algo que sólo se daba en algunos lugares, a un negocio súper rentable. Para las mujeres ya es una necesidad", dice.
Para quienes quieran apostar por este trabajo, la inversión es muy baja en relación a lo que pueden facturar: el valor final de los cursos va entre las 99 y las 225 lucas (duran tres días), lo que se puede traducir luego en ganancias mensuales que bordean los 800 mil pesos.
Así le pasó a María José Sandoval (39), ingeniero comercial, que apostó por ingresar a LNF. "Esta fue una nueva oportunidad laboral y sin duda valió la pena. Estuve mucho tiempo sin trabajo y ya las deudas me tenían desesperada. Tomé la decisión de hacer todos los cursos, consiguiéndome la plata con amigos y familiares y hoy trabajo de lunes a viernes de 10.00 a 18.00 horas y gano más plata que lo que gané ejerciendo mi profesión", destaca.