La mansa patá dejó en el límite norte de Chilito una fémina que provenia del Perú y que llamó la atención por su generosa delantera y una retaguardia de miedo.
Los fiscalizadores del Servicio Nacional de Aduanas no pudieron menos que notarla, pero fue el nerviosismo de D.S.P. (20) lo que los llevó a sospechar que se trataba de un doble engaño. La chica algo escondía o, lo que es peor, su voluptuosidad no era tal.
La garzona de nacionalidad peruana llegó a la avanzada de Quillagua, pasaditas las cuatro de la madrugada, a bordo de un bus que provenía de Arica con destino a Santiago.
Los aduaneros que fiscalizaban la hicieron corta y le preguntaron si portaba algún tipo de contrabando y la mujer se mostró ofendida y dio rienda suelta a su furia para hacerla más creíble.
No sirvió de mucho porque la funcionaria aduanera que la registró le encontró dos kilos 135 gramos de clorhidrato de cocaína, que estaba distribuida en cuatro paquetes amoldados en el sostén y en en la parte trasera de los calchunchos
COCA PA' PLANCHARSE
El valor de la droga que contenían puede superar los 42 millones de pesos, estimaron las autoridades de la frontera.
La extranjera, junto a la droga y los medios de prueba, fueron puestos a disposición de la policía para su custodia y traslado por instrucciones del fiscal de turno.
El control de detención se realizó en el Juzgado de Pozo Almonte y quedó en prisión preventiva durante los 120 días que dure la investigación.