Gervasio fue el más visitado en el Día de Todos los Santos

El Día de Todos los Santos debe ser la única jornada donde el cementerio se llena más de vivos que de muertos. Como ya es tradición ayer gran parte de los compatriotas aprovechó la fecha y fueron a visitar a sus seres queridos que ya partieron.

Así ocurrió en el Parque del Sendero de Maipú donde varios llegaron a ver al cantautor uruguayo José Viera Rodríguez, más conocido como Gervasio.

Hace algunos días su caso volvió a dar que hablar gracias al testimonio de un camionero de Talagante, quien después de 24 años de silencio, soltó que supuestamente había estado presente cuando sacaron de un maletero el cuerpo del artista y lo pusieron en el lugar donde se informó que se quitó la vida. O sea, no se trataría de un suicidio, sino de un crimen.

"A mí me gustaban mucho sus canciones, en su vida y en lo que pasó no me meto mucho, lo único que sé es que él no le hacía daño a nadie. Hace años que veníamos de Curicó para verlo y ahora que vivimos en Santiago queremos visitarlo más seguido", dijo al diario pop María Urra, quien le dejó una flor al ganador de la competencia internacional del Festival de Viña del Mar en 1983 con la canción "Alma, corazón y pan".

"Gato" Alquinta

Metros más allá de la tumba de Gervasio descansa Bastián Bravo, el joven que desapareció el 13 de noviembre del 2013 en Estación Central y luego fue encontrado muerto el 21 de enero de este año en la cuesta Lo Prado.

Hace un tiempo que el sepulcro de Bastián se transformó en una animita, donde la gente le deja regalos y le pide que le conceda favores. De hecho en el lugar se pueden encontrar cartas, zapatos de guaguas y monedas de aquellos que agradecen su intercesión.

En el Cementerio General de Recoleta una de las sepulturas más demandadas fue la de Eduardo "Gato" Alquinta, el fallecido líder de Los Jaivas.

"Pasamos a verlo y a dejarle una flor. Mi padre es fanático de su música y en  casa siempre se escuchan los temas de Los Jaivas", señaló Arturo Curapil (19), quien fue junto a toda su familia.

A pasos de ahí se escuchaba el clásico universitario. El relato venía del nicho de Claudio Muñoz, un artesano que fue atropellado hace 7 años y era fanático de la "U".

Su gran amigo César y su padre Claudio lo fueron a saludar en el día de su cumpleaños, le prendieron una vela azul y en una pequeña radio pusieron el dial "la Sintonía Azul".

Coincidencia o no, ayer el triunfo fue para el bulla.

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