Gitano pintó hasta el gato de cruzado

Los hinchas de la Cato tienen fama de pirulos, pero no es tan así, porque el club también tiene arraigo entre gente humilde.

Es el caso de Luchito Mario (no le gusta dar sus apellidos), o "El Gitano", quien con sus manos construyó una mejora junto a un cruce del tren en la localidad del Vaticano, cerca de Requínoa.

A los nueve años el hincha dejó la casa de sus padres y salió a recorrer el mundo, se unió a un grupo de gitanos con quienes vivió hasta los 17 y luego se instaló en el lugar que actualmente habita.

El Gitano cachó que en la intersección del tren no había vigilante y sin que alguien se lo ofreciera comenzó a cumplir esa función. Luego bautizó el lugar como El Cruce de Los Cruzados.

A pesar que nunca ha ido a San Carlos de Apoquindo, ha sido hincha de la Cato toda su vida y pocos días antes de la final que perdieron con la U, pintó su rancho con colores del club.

Con esfuerzo juntó plata para la pintura porque en un buen día sólo recibe cinco lucas de propina y en uno malo apenas mil pesos.

Después de la derrota soporto con dignidad las burlas de sus amigos que lo chuletearon con alevosía. Su pasión es más fuerte.

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