Extraños seres salidos de la nada mantienen aterrorizada a una familia del barrio Franklin, que han visto cómo se desmaterializan frente a sus ojos perfumes, licores que guardan para las visitas y hasta la silla del computador.
La abracadabrante experiencia se inició en febrero, apenas se cambiaron a su nueva casa de calle San Francisco.
Cuando han tratado de fotografiar o filmar a los duendes, trasgos, gnomos u espectros que se han instalado en su hogar, éstos se las han arreglado para borrar las evidencias, lo que demuestra que poseen profundos conocimientos de cómo funciona el software y el hardware de cámaras, filmadoras y grabadoras modernas.
El grupo familiar integrado por Claudio Torres (49), Fresia Caro ( 57) y su hija, la estudiante Nicole (18), ya no hayan a quién recurrir para que los salve de la plaga.
"Hemos hablado con Rolando de Lara, Carlos Maesch, Hugo Zepeda y otros especialistas en fenómenos paranormales, pero aún siguen ocurriendo cosas extrañas en la casa", sostiene Fresia.
Algunos de los anteriores le han dicho que los duendes se han enamorado de Nicole y se la quieren llevar a su mundo de alucinaciones y espejismos. La adolescente es la única que ha tenido un encuentro del Tercer Tipo con uno de los portentosos okupas de su residencia.
"Hacía el aseo cuando, bajo la lavadora, observé a un ser pequeño, peludo, rubio. Traté de capturarlo, pero hizo humo en mis manos", relata la chiquilla.
Su madre dice que tras esa experiencia, comenzó a desaparecer la ropa de la niña. "Se comieron el quáker, los jugos, los remedios de los gatos. Se llevaron las colonias de mi marido. Lo extraño es que nunca hemos percibido desorden. Cuando se beben los licores, dejan los botellas tapadas y no derraman una sola gota", explica la aterrada dueña de casa.
BARREN LA CASA CON RAYO LÁSER
Para que su familia duerma tranquila, todas las noches antes de acostarse Claudio Torres "barre" la casa con un rayo láser, con el fin de disuadir a los espíritus chocarreros.
También les ha tendido trampas. Dejó arena bajo la cama de Nicole y al otro día apareció dibujado un arco iris.
La que más sufre es la joven. Mientras duerme profundamente, los pitufos le sacan el pijama, y le roban los anillos y los aros. "Amanezco casi en pelotas. Incluso me roban los escapularios que me pongo para protegerme", relata la lola.
Anoche el parasicólogo Iván Voroved realizó una "caza de fantasmas" en la residencia de los Torres-Caro.
Manuel Vega O.