Gokú colgaría las bolas del dragón

El mayor ídolo del Bulla, Diego Rivarola, está a punto de tomar la decisión más peluda de su vida: abandonar el fútbol o seguir su carrera lejos del equipo de sus amores, justo el último año de carrete que le queda.

Hace rato que se le ve incómodo a Gokú como eterno residente en la banca de la "U". Hasta en los partidos con equipo alternativo, el Diego tiene que esperar sentado y eso lo tiene con la media vena.

No entrar en el clásico ante los pirulos fue un nuevo clavo en su cruz y al finalizar el partido no quiso tirar la talla con la prensa, como es su costumbre. Estaba muy quemado.

Tanto, que según algunos cercanos, habría analizado dar a conocer hoy su decisión definitiva. Más encima, el interés de Rangers de Talca por contar con la leyenda azul durante el 2012 le abriría una posibilidad que él empezó a contemplar hace un par de meses ante la poca continuidad: no terminar su carrera en la "U".

Nadie en Azul Azul quiere cargar con el difunto ni pasar a la historia como la dirigencia que enterró al jugador más querido de la "U" de los últimos años. No olvidan cuando el Negro Pinto, técnico chuncho, lo mandó cortado y después se tuvo que asilar en Corea del Norte un rato, porque los hinchas se lo querían fumar y lo amenazaron.

Por eso, los dirigentes quieren convencer a Gokú para que aplace su jubilación y se empape de la gloria de jugar la próxima Copa Libertadores.

El problema es que no le pueden asegurar la titularidad, menos ahora que Jorge Sampaoli puede poner un título nacional y una copa internacional en la mesa a la hora de discutir. Y si gana el bicampeonato, Minimí queda en condiciones de pedir hasta que Kiko Valdés se raje con unas pizzas.

Otra salida que le ofrecen en Azul Azul es que pase a retiro, pero que asuma alguna pega en el club. Todo depende del Diego.

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