El público de la Selección es distinto, poco sabe de fútbol y no es raro escuchar en el estadio comentarios como "los jugadores se ven más grandes que en la tele", o bien preguntar "¿cómo es el offside?".
La gallá que llega a cada partido de la Roja no respira fútbol, y si bien eso no es para nada criticable, sí lo es la actitud que tuvo un buen lote, el que desilusionado con el 3-0, abandonó el Monumental antes del pitazo final.
"Acá se viene a alentar giles cu..., pagan como 50 lucas por entrar y se van cuando aún falta tiempo chu...tumare", fue lo más finito que se escuchó de uno que otro apasionado que enrostraba el poco aguante de los peloláis.
¿Y los paraguas? La barra visitante se portó un siete, mientras que tras el partido los jugadores armaron el manso mambo en el camarín 2 de la Ruca.