“De no haber sido por los colegas que cortaron la malla, probablemente habríamos sufrido lesiones gravísimas e incluso haber muerto”, aseguró uno de los afectados.
Alarma generó el secuestro de tres gendarmes el domingo pasado, en medio de una jornada marcada por las elecciones de consejeros constitucionales.
Se trata de un hecho ocurrido en el Centro de Detención Preventiva (CDP) de Angol, en la Región de La Araucanía.
De acuerdo a los antecedentes, los funcionarios fueron retenidos por internos del módulo F de comuneros mapuche.
Tal como quedó registrado en un video, los afectados sufrieron agresiones.
Según detalló La Tercera PM, investigadores afirman que este episodio activó una serie de atentados en la zona.
Querella contra reos
Ese mismo domingo, Gendarmería presentó una querella contra 17 reos por los delitos de secuestro y maltrato de obra. ¿El motivo de la agresión? La suspensión de visitas debido al desarrollo de la elección de consejeros.
Si bien la situación ya parece estar tranquila al interior del recinto penitenciario, durante la semana se leyeron amenazas escritas en lienzos que fueron hallados durante otros ataques.
De acuerdo al citado medio, los gendarmes agredidos permanecen con licencia médica y atención psicológica. Eso sí, entregaron sus declaraciones por motivo de la denuncia.
“Con un tono de voz desafiante, estaban exigiendo el ingreso de sus visitas, pero se les volvió a reiterar que se encontraban suspendidas las visitas a nivel nacional por el tema de las elecciones. Una vez terminado el diálogo, decidimos salir del interior módulo, encontrándonos con los dos accesos bloqueados y cerrados por fuera con el cerrojo, ante esta situación nos devolvimos al patio y nos apostamos en una esquina ya que en ese sector hay una cámara tipo domo”, explicó uno de los funcionarios, según lo revelado por LT.
“Nos quedamos en el mismo rincón apostados (...) Los comuneros se encontraban todos con las chuecas, consistente en un trozo de madera robusto de una medida aproximada de 1.20 metros, con las que golpeaban el piso de manera intimidante, mientras nos custodiaban con la finalidad de mantenernos retenidos en el lugar, más específicamente en el patio arrinconados”, continuó.
Pese a las advertencias realizadas por los gendarmes, que se disponían a hacer uso de sus armas, los comuneros no se detuvieron.
“El escopetero le advierte que no se acerque a nosotros ya que de lo contrario iba a hacer uso del armamento disuasivo, el interno hace caso omiso y de forma desafiante se acerca más hacia nosotros y el resto de comuneros hicieron los mismo, todos premunidos con sus chuecas (palos), y el colega realizó disparos al aire en dos ocasiones, sin embargo, nos comenzaron a golpear con estos elementos contundentes, en el lugar, había una mesa de plástico la que utilizamos como escudo para poder protegernos”, relató.
Luego, el funcionario aseguró que “ellos nos agredieron de manera incesante con los palos, provocándome lesiones en mi cabeza con al menos dos golpes directos, también lesiones en manos, dedo pulgar, antebrazos, y otros más que con la adrenalina de la situación tal vez los esté pasando por alto”, complementó el funcionario.
Traslados
“Mientras nos agredía violentamente, los funcionarios que se encontraban en la línea de fuego cortaron la malla con un napoleón, para poder salir con vida del patio del módulo, ya que nos golpearon por algunos minutos y de no haber sido por los colegas que cortaron la malla, probablemente habríamos sufrido lesiones gravísimas e incluso haber muerto a manos de los internos comuneros”, agregó.
Por orden de la jefa del Departamento de Control Penitenciario, se dispuso el traslado de Fabián Llanca Nahuelpi y de Juan Queipul Millanao a Rancagua, de Hanthu Llanca Quidel y de Máximo Quipul Huenchullán al Biobío, y de Joaquín Huenchullán Quipul y de Freddy Marileo Marileo a Puerto Montt.
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