Si Andrés Farías Arce (56) no hubiera vendido su celular Nokia, tal vez jamás habría enfrentado a la justicia acusado de grabar y fotografiar a su hijastra de ocho años en condiciones aberrantes para cualquier ser humano "normal".
Pero el recepcionista del Hospital Barros Luco (en la foto) andaba corto de plata y por unos pesos entregó uno de sus celulíticos a una sobrina, que sin querer descubrió el brutal abuso.
Camilo Díaz, subprefecto jefe de la Brigada de Delitos Sexuales y Menores, contó la horrible experiencia: "Una de sus primas se dio cuenta al ingresar a la carpeta de videos, donde encontró imágenes y videos de connotación sexual donde se podía identificar claramente el rostro de la niña", explicó.
Los hechos se habrían producido desde hace un año, en un hogar de calle Miraflores, en Renca.
Tras la detención, el hombre asumió su responsabilidad en los hechos, pero aseguró que las imágenes no eran sexuales. "No son hechas con maldad. Es algo hermoso", argumentó.
Farías pasará a control de detención por producción y almacenamiento de material porno infantil. Además, la madre, de iniciales B.A.P. (30), quedó detenida por encubridora.
La menor S.A. permanecerá bajo custodia junto a sus primas.
