Grace Devoto: "No me importa el resto, el calor para mí es una bendición"

"La calor" se apoderó de Santiago. Por lo menos eso cree Iván Torres, el hombre del tiempo. "No tengo memoria de un marzo tan caluroso, con más de 30 grados todos los días", asegura.

Dice que todo es culpa del fenómeno de La Niña, la corriente marítima que desordena el clima y calienta el aire, cuando debiera estar más fresquito.

Y a pesar de que a las 8.45 horas de hoy parte el otoño, la estación de las hojas secas y los días grises se mostrará este año con pocas lluvias y temperaturas altas hasta mayo.

LAS VUELTAS

Pero fue el calor lo que devolvió la vida a Grace Devoto (27).

Hace dos años un accidente le cambió la existencia de golpe y porrazo. Estuvo cinco horas con hipotermia y convulsiones, abandonada en un acantilado del desierto de Atacama, junto al cádaver de su mejor amiga.

Salió a carretear, pero nunca llegó a la fiesta. En la mitad del camino el conductor perdió el control del auto. Ella y sus tres amigos cayeron a un precipicio de 50 metros.

Quedó parapléjica y nunca más pudo llevar al jardín a su hija de 6 años.

No obstante, la luz nuevamente entró a su vida y el calor también. Desde enero que vende bebidas y jugos naturales en el Persa Bío-Bío. Se puso con un puesto y el peque del frente le ayuda con las ventas.

"Me gusta el Persa porque está adaptado. Hay baños para discapacitados", contó al diario pop.

Mientras más transpira la gente, más plata gana Grace. "Hasta mayo vamos a tener calor. La gente igual gasta. Teniendo sed, toman igual, da lo mismo la crisis" dice.

El veranito de San Juan la tiene como loca, pero de alegría.

Se siente beneficiada, porque vende sus juguitos como elixir de la eterna juventud. "El calor para mí es una bendición. No me importa que los demás anden idiotas", reflexiona.

Margarita Otárola M.

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