Como tú pediste Javi querida, siempre quisiste ser recordada por estas palabras que simbolizan y representan la mujer maravillosa que fuiste.
En un breve texto quisiste graficar el motor que inspiró tu lucha. Lo que te motivó hasta tus últimos días. Con la luz de tu linda cara y la chispeza de tu mirada, desenvuelta y decidida a sobrevivir, escribiste algo tan simple como infinitamente profundo.
"Recuerde que si lo quieres, espero que siempre se lo digas, y le muestres a tu pareja que lo amas y lo cuidas. Que sepas que desarrollando ambos ese tornado de amor, siempre todo el resto irá bien".
Javi, tu partida me estremeció. Y aunque toda muerte deja vacíos imposibles de llenar, la tuya fue tan distinta como difícil. Tuviste la capacidad de enseñarnos que incluso algo tan doloroso como un cáncer incurable se puede convertir en una fuente de alegría, de enseñanza y de amor a los demás. Porque la misma Javi, al final del camino, reconoció que le había agarrado el gustito a ayudar a los demás. Se sentía graduada con su nueva profesión solidaria.
De hecho, se transformó en una mujer libre; desprendiéndose de todo lo material, para concentrar todo su tiempo y atención en lo esencial, en lo único que necesitamos para ser felices.
En tres años, acaparó todos los milagros gracias a su profundo amor. Su lucha, su fe, su decisión de no hacer nada que pudiera afectar el embarazo de su adorado Pedrito Milagros, tomada en conjunto con Cristián, su gran amor y soporte, son una muestra que el cáncer no solo no la venció, sino que la transformó en una mejor mujer.
Su marido y su hijo fueron la estrella que iluminó siempre el paso debilitado, pero seguro, de mi amiga. Hoy, curiosamente, se invirtieron los papeles. Ahora es ella, quien titila en las alturas conduciendo el camino de su familia.
Debo reconocerles que tengo pena, que estoy emocionada e impactada. Pero también siento paz, porque nunca había conocido a alguien a quien la adversidad y el amor por su hijo y marido la convirtieran en una persona tan maravillosa.
Gracias Javi, gracias por tanto…Te mando todo mi amor. Viaja contigo al cielo. Que la Virgen y los Ángeles te llenen de gloria y alegría por siempre. Te lo mereces… Sólo los escogidos por el Padre son capaces de desparramar amor, en el escenario de la vida, en medio de la muerte. Y tú, definitivamente, fuiste una de las elegidas. Eres linda y buena, te quiero mucho. Javi, descansa en Paz.