El sujeto entregaba datos claves de la seguridad en las empresas que trabajaba o convencía a colegas de cooperar por una recompensa.
Grito y plata era el negocio que tenía el líder de una banda, que el lunes 31 de diciembre realizó un millonario asalto a los estacionamientos ubicados a un costado del Teatro Municipal, según informó la PDI.
¿El chiste? El sujeto trabajaba como guardia del recinto subterráneo y se habría mandado el tremendo show para que no sospecharan de él.
Según informó el subprefecto Guillermo Namor, jefe de la Brigada Investigadora de Robos Centro Norte de la PDI, en el atraco de los estacionamientos el sujeto habría facilitado información "privilegiada y reservada" a quienes concretaron el delito.
Pero el cuento no quedó ahí, porque tras las primeras indagatorias los policías se dieron cuenta que la manera en la que actuaron los delincuentes el pasado lunes era calcada al proceder de un grupo que estaba siendo investigado desde octubre del año pasado.
El modus operandi de esa agrupación cumística era convencer a los guardias de seguridad de distintas casas comerciales para que los ayudaran a cometer los ilícitos a cambio de obtener una recompensa.
Sólo hubo que sumar dos más dos para conectar el robo del 31 con asaltos a empresas que manejaban altas sumas de dinero en efectivo y a quienes les habían fallado rotundamente los sistemas de seguridad.
El asalto
En el robo que afectó a los estacionamientos del Teatro Municipal, los sujetos simularon golpear al al guardia detenido. Además, maniataron a otro agente de seguridad y a un funcionario administrativo, los que fueron encerrados en la bodega desde donde robaron cerca de $40 millones.
Pero la historia no paró ahí, porque con la información privilegiada abrieron tres cajas de seguridad mediante el método de oxicorte y rompieron algunas de las máquinas de pago de estacionamiento para sacar más plata.
La PDI especificó que en este caso la labor del ex guardia fue dar información sobre las cámaras de seguridad y cómo operaba el sistema de resguardo dentro del recinto, con tal que así los demás miembros de la banda efectuaran el delito.
Además este hombre, que cumplió anteriormente una condena por tráfico de drogas y fue imputado por delitos contra la propiedad, entregó detalles de dónde estaban las grabaciones de seguridad para que también fueran sustraídas. Sin embargo, conversaciones telefónicas permitieron esclarecer detalles respecto a los responsables del robo.
La PDI aclaró que están trabajando intensamente para identificar a los otros integrantes de la banda.
En tanto, la empersa afectada informó que entre el robo y los daños sufridos en el asalto, las pérdidas bordean los $90 millones.