Bernardita Oróstica es dueña de casa, tiene hijos de 10, 8 y 2 años, y un conchito de 4 meses. Los mayores acostumbraban jugar en una placita de alrededor de 300 metros cuadrados distante a media cuadra de su hogar, que se ubica en un pasaje interior, pero según acusa, hace un mes las personas de las viviendas colindantes al área verde la enrejaron completamente.
Fuimos a ver y los propietarios de los cinco domicilios ubicados en la intersección de Calle 1 con Humberto Pizarro, frente a la placita, levantaron una reja que se prolonga casi hasta la calzada.
"Les fui a reclamar y me dijeron que tenían permiso de la Municipalidad. También dijeron que era en beneficio de la seguridad de los niños del sector, pero en realidad es bueno sólo para sus niños, porque mis hijos ahora deben jugar en la calle y a uno casi lo atropellaron. En la plaza había un resbalín, un columpio y un juego con forma de cuncuna, y creo que los vendieron por kilo", acusó.
Bernardita contó que fue a reclamar a la muni en donde, según ella, le habrían dicho que verían su caso, pero apenas pudieran porque tenían muchos reclamos similares.
RECONOCE QUE NO TIENE PERMISO
Yessia Alcalde vive en una de las casas que se tomaron la plaza y reconoció que no tienen autorización, pero a la vez explicó que lo hicieron para protegerse de los delincuentes y voladitos que pasaban fumando en el lugar durante la noche.
Agregó que Bernardita es la única vecina que ha reclamado en contra de las rejas que pusieron, y explicó que en su misma calle son más de 40 las casas que han cerrado espacios comunes para proteger a los vehículos de los patos malos.
Sobre el atado, la dire de obras de la muni, Constanza Dyvinetz, dijo que "no existe un permiso precario para el emplazamiento de los fierros, lo que hay que hacer es restituir el emplazamiento original que corresponde a un bien nacional de uso público".