Habla el recluso que le salvó la vida a Cristián López

Cristián López, quien vivió hace cinco años el martirio de ser sindicado como el “Violador de la bicicleta” en la cárcel Santiago 1, tiene especial recuerdo -y agradecimiento- por un “ángel” que lo cuidó en su estadía en prisión.

Se trata de José Urzúa, alías “Pepe Show”, un recluso y monitor que tuvo especial atención con López, quien sufrió graves amenazas por parte de los internos tras ser condenado pública y mediáticamente como un agresor sexual de lolitas en la comuna de Ñuñoa.

En contacto con La Cuarta, el artista, que estuvo preso por seis años en Santiago 1 y Colina 2 al ser vinculado con la banda los “Carejarro”, recuerda el día en que el obrero llegó a la prisión: “Yo vi a ese chiquillo llegar. Un gendarme me dijo ‘Pepito, ¿por qué no lo ayudái? Y fui. Le savé la vida”.

Urzúa relata que ese día “yo estaba jugando damas cuando vi que cuatro gallos querían atacar con cuchillos a Cristián”, un hecho que el propio López rememoró en la entrevista con el diario pop, al sostener que “Pepe les dijo ‘yo pongo la guata por el loco’”.

El peligro era inminente y Urzúa (compitió en el programa “Coliseo Romano”, de Mega, y participa en la banda Gran América, de Luis Quezada, en el restorán La Caleta del Pupuyano) trae a la mente el diálogo: “Les dije ‘este cabro no es ná. Es inocente’. Les expliqué que primero había que esperar el resultado de ADN (el que finalmente comprobó la inocencia de López).

- ¿Cuál fue la respuesta de los internos?

- Imagínese, lo estaban arrinconando. Me dijeron, “estái defendiendo a violadores”. Pero a mí me respetan todos ahí.

- El ajusticiamiento es instantáneo...

- En la cárcel, la mayoría son jueces. Todos los hacen por sus propias manos. Gracias a Dios a ninguno de los presos que ayudé los pasaron a llevar.

- López nos relató que cuando lo cambiaron de módulo lo estaban llevando al último piso y que tú lo cambiaste al primero. ¿Qué pasa allá “arriba”?

- Él iba para arriba... Ahí, en la escalera, puede ser mortal. Con armas o a golpes. La violación no es un delito bien mirado.

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