Millaray Bravo fue encontrada muerta la semana pasada en una playa de dicho país, sin ropa y con una cuerda de boya amarrada a sus pies.
El 17 de marzo fue el último contacto que Millaray Bravo Ramos (27) tuvo con su padre Antonio, antes de ser encontrada muerta el pasado 20 de marzo, en una playa de Nueva Zelanda.
La joven chilena fue hallada en el balneario de Waiake flotando en el mar, sin ropa y con una cuerda de boya amarrada a sus pies. Llevaba 4 años viviendo en Auckland y ya había anunciado que este año regresaría a Chile.
Efectivamente así será, pero sólo su cuerpo retornará al país, y para ello sus amigos debieron reunir el dinero necesario a fin de que los restos de la joven sean trasladados a Chile, según informó un medio local.
En una jornada dominada por el baile, el pasado 23 de marzo los compañeros de Millaray recolectaron $5.000 dólares neozelandeses ($2.3 millones chilenos). Eso sí, sus amigos siguen aceptando donaciones para que sea el padre, que vive en La Araucanía, quien lleve a cabo la triste la misión.
En Cancillería aseguraron que el padre de Millaray fue recibido ayer por profesionales del Departamento de Servicio Social. "Seguimos prestando el apoyo consular necesario, realizando un trabajo coordinado desde Santiago con el Consulado de Chile en Wellington", añadieron a través de un comunicado.