La halitosis, o mal aliento, obedece a múltiples causas, desde escasa higiene bucal, hasta enfermedades tan graves como el cáncer de pulmón, pasando por la gastritis crónica, aunque la gran mayoría se origina en la cavidad oral.
Puede ser provocada por otros padecimientos como sinusitis, amigdalitis, infecciones pulmonares, divertículos en el esófago, reflujo, gastritis, cambios hormonales, problemas en el hígado o riñones, mala alimentación, tabaquismo, alcoholismo o la ingesta de medicamentos como antihistamínicos y antidepresivos,
El mal olor de la boca se produce por descomposición bacteriana de restos de alimentos entre los dientes, de saliva, de células de la mucosa oral o de sangre.
Más del 85% de las halitosis tienen su origen en la cavidad oral y cuando no existe patología, suele ser por higiene bucal escasa.
Visitar al odontólogo será clave para detectar la causa y tratar la enfermedad de las encías, boca seca, u otros problemas que puedan generar el mal olor.
MEJORAR LA HIGIENE
En la mayoría de los casos, la mejor manera de eliminarlo es seguir una buena rutina de higiene bucodental con productos específicos como pastas de dientes especiales, seda dental, cepillos interproximales, enjuagues, limpiador lingual, entre otros.
Según nos contó el doctor Roberto Fuenteseca, Director Nacional Área Odontológica CFT Santo Tomás, También hay hábitos que podemos adoptar como:
- Aplicar técnicas de higiene oral efectivas después de cada ingesta de alimento.
- Limitar el consumo de alimentos que favorecen el mal aliento (cebolla, ajo, etc.). Evitar los alimentos muy secos o fibrosos, e incrementar el consumo de ensaladas.
- Beber mucha agua, para aumentar el flujo de saliva y refrescar la boca.
- Evitar el alcohol y el tabaco.