Hasta en alas delta han tratado de fugarse de cárceles chilenas

El martes pasado una investigación de la Fiscalía Sur y la Brigada Antidrogas de la PDI reveló los planes de fuga del narco argentino José Galván Rodechine, preso en la cárcel de Puente Alto, quien quería dinamitar una muralla del centro penal y arrancar con la ayuda de "soldados" desde el exterior para luego fondearse en Mendoza.

Pese a la cinematográfica idea, a los gendarmes no les causó mayor impresión, porque están acostumbrados a lidiar con el ingenio del chileno, que busca a como dé lugar su libertad.

En los registros de los custodios se recuerdan varias historias de reos dignos del Guinness, que vieron frustrados gracias a la cachativa verdepalta.

VOLADO

El comandante Osvaldo Muñoz, jefe del Departamento de Seguridad de Gendarmería, recuerda que un interno de Colina 1 organizó su escape con alas delta.

"La idea era sobrepasar las vallas de control y saltar desde un cuarto piso", relata Muñoz.

El alumbrado reo sacó partido de sus horas en talleres para confeccionar varillas de acero, que son livianas y resistentes. Para la tela utilizó sábanas que los gendarmes facilitan en los "venusterios", pero lamentablemente el recluso no alcanzó a probar su invento.

"En una revisión nocturna fue descubierta su estrategia. Estaba lista para ser probada", recuerda el comandante.

CHANTETE

Hace un año otro de los ingeniosos de Colina 1 inició una huelga de hambre casi injustificada. La verdadera razón se supo varias semanas después.

"La huelga de hambre tenía el objetivo de que el reo bajara de peso y pudiera escapar dentro de un bolso, cosa que casi ocurre, porque el hombre disminuyó drásticamente su peso".

El fresco fue descubierto porque la visita llevaba un bolso notoriamente pesado y hacía fuerza para levantarlo. "El que lo trasladaba estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano. Fue descubierto adentro del bolso".

"MUEBLISTA"

En el taller de carpintería los oficiales descubrieron a un chico que le ponía mucho empeño en terminar un mueble. La razón salió a la luz al momento de la entrega.

"El interno había hecho un doble fondo en el mueble, y aprovechó su baja estatura para escapar", detalló Muñoz.

Tal como en los monitos, los presos intentan escapar limando los barrotes. Las herramientas llegan a través de los famosos "peloteros", que envían cosas saltando las murallas. "Las limas siguen siendo un elemento que la población penal solicita con frecuencia para romper barrotes. Todavía es recurrente ese sistema", añade el capo en seguridad.

El comandante asegura que hay clásicos que se siguen usando, como los vestidos de mujeres y los disfraces de gendarmes.

Los túneles casi no se ven, salvo el de marzo de 2008, cuando reos de Colina 2 contrataron a pirquineros para realizar un forado profesional, que se transformó en el hoyo más largo de la historia penal chilena. Hasta ese momento ganaba un enjambre descubierto en Santiago.

Entre el año 93 y 97 Muñoz fue oficial de servicio interno de la Peni, y le tocó presenciar el conducto más largo. "Descubrimos un túnel de 76.6 metros de longitud que estaba a punto de llegar a Famae. Se hicieron intervenciones en ese sector y descubrimos varias avenidas subterráneas, lo que demuestra que los túneles eran elementos recurrentes para realizar fugas.

- O sea que hay caminos subterráneos en la Peni...

- Efectivamente. Las construcciones sólo se detuvieron hasta que se hormigonaron los patios, pero ahora no hay posibilidades. La inventiva de los reos puede ser fenomenal, por eso tenemos que estar un paso más adelante.

ÚTIMO INTENTO POR RECOBRAR LA LIBERTAD FUE EN VILLARRICA

Como Jordán Opazo, Alejandro Muñoz y Luís Mardones, fueron identificados los tres ladrillos que intentaron echarse al pollo del Centro de Detención Preventiva de Villarrica. Los reclusos fueron detenidos y llevados a un centro penitenciario de Temuco.

En la madrugada ayer, personal de guardia nocturna de gendarmería detuvo en el patio del centro penitenciario de Villarrica a tres internos que intentaban fugarse del lugar usando una escalera.

Los internos, todos condenados por delitos de robo con intimidación en casas de la zona y con mal comportamiento en el penal, fueron atendidos en el Hospital de Villarrica y trasladados a un centro penal de Temuco.

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