Isidora Aguirre Tupper tenía tiernos 15 años. Estaba en el centro de la capital cuando vio una escena que jamás olvidaría: una campesina no se atrevía a cruzar la calle Ahumada por miedo a los pocos automóviles y el tren eléctrico que circulaban. Tras observarla por varios minutos, la joven se apiadó, la tomó del brazo y la ayudó a atravesar.
Treinta y cinco años después, en 1957, la escritora y dramaturga viajó en tren a Concepción para presentar la comedia "Dos más dos son 5". Cuando pasó por la pintoresca estación de la localidad de San Rosendo, recordó esa antigua imagen y pensó que desde el lugar en el que estaba partían a la capital las huasitas con chupalla, canasto y medias largas de algodón que tanto le temían a la modernidad de la época. La artista se había iluminado.
Fue así como tres años más tarde la reconocida artista nacional dio cuerpo y alma a la famosa y eterna Carmela, el personaje principal de "La Pérgola de las Flores", obra que marcó un hito en la historia del prolífico teatro criollo: fue la primera pieza musical que consiguió éxito en el extranjero. Incluso las aventura de la provinciana que llega al mercadillo fue llevada al cine en 1965 por el director argentino Roman Viñoly.
CAÍDA
Al igual que Isidora, todos los pasajeros que viajaban desde Santiago y Concepción tenían que pasar por San Rosendo para hacer transbordo. La máquina se detenía durante una hora y la gente, que ya venía apestada con el largo pique, aprovechaba de bajar al pueblo que en ese entonces contaba con un hotel y varias oficinas, entre ellas la de Correos. El pueblo estaba en su mejor momento gracias al auge del ferrocarril.
"Era una época de apogeo. Los lugareños aprovechaban de vender huevos duros y tortillas a los visitantes. Era una gran fuente de ingresos para todos nosotros. Era un lugar lleno de vida, maravilloso", relata Eusebio Suárez del Carmen, un maquinista jubilado que hace más de 40 años se casó con una de las Carmelitas de la zona.
El ex conductor de 71 bien cuidados años cuenta que la historia de bonanza comenzó a irse a las pailas de a poco. "De los 20 trenen diarios, de pasajeros y carga, ahora sólo pasan 2. Ya no es lo mismo. La cantidad de personas que nos vistan es mucho menor", cuenta, con un nudo en la garganta, el trabajador.
Eusebio añade que la desgracia en la zona se dejó caer en 1978, cuando un descuido con un anafre terminó con la folclórica estación reducida a cenizas. "Durante años nos tuvimos que guarecer en una pequeña casita que estaba al lado de la estación. En invierno acá llueve como chuzo y quedábamos como diuca. Era bien fuerte la experiencia, sobre todo para los niños y la gente enferma que tenía que viajar a Conce para atenderse en un hospital", recuerda el hombre que durante décadas condujo desde Santiago a Puerto Montt los vetustos trenes a vapor.
Pero el panorama para los cerca de 4 mil sanrosendinos está cambiando. El Gobierno, a través del Ministerio de Trasportes, se puso una mano en la cuchara y otra en el bolsillo, y dejó como nueva la estación donde Isidora Aguire vio a la dulce carmelita.
La estación de ferrocarril del circuito Corto Laja, que tiene más de 140 de historia y que une las localidades de Mercado (Talcahuano) y Laja, ahora incluso cuenta con baños de lujo para la tranquilidad de los pasajeros que tomaron mucho navegado o se fueron al porcino con los huevos duros que aún ofrecen en la zona campechana.
"Esto es un gran avance. El tren es el medio e transporte por excelencia en San Rosendo y contar con esta estación tan bonita nos arregla el panorama. El viaje dura 2 horas hasta Concepción y es agradable que la espera sea en un lugar donde podamos capear el frío y la lluvia", remacha Eusebio.
Papi Estado, eso sí, no sólo se puso con San Rosendo, pues el proyecto para mejorar el trayecto del tren Corto Laja contempla la reparación de otras seis estaciones y tres paraderos, cuyas obras finalizarán a fines de julio.
Se trata de la estaciones Gomero, Unihue, Quiloya, Laja Buenuraqui y Talcamávida, además de los paraderos de Los Acacios, Valle Chanco y San Miguel.
LOBITO
El ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Andrés Gómez-Lobo, explicó que el proyecto de remodeación beneficiará a más de 525 mil almas que anualmente utilizan el servicio Corto Laja y que no tienen otro medio de conexión con las zonas urbanas.
"Una de las tareas prioritarias es contribuir a una mejor calidad de vida de las personas. Para eso impulsamos servicios de transporte público accesibles, eficientes y seguros", aseguró el ministro "Lobito".
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