Hasta sonrió en su detención: el parricida que asesinó a sus padres y hermana, antes de ir a un burdel

Sujeto sonrió al momento de su detención. Fotos: Europa Press/ABC de Sevilla.

Su insólito comportamiento durante el levantamiento de los cadáveres alertó a la policía. Vecinos juran que compró tres coronas de flores antes de los homicidios.

Fue el viernes 1 de marzo de 2013 cuando Luis Miguel Briz Torrico se presentó ante un juzgado español para confesar un triple parricidio. El hombre que, en aquel entonces tenía 34 años, explicó todo con frialdad. ¿El resumen? Mató a cuchilladas a su padre, madre y hermana. Y en la propia casa familiar.

El hecho conmocionó a la tranquila ciudad de Dos Hermanas, ubicada en Sevilla. La noticia no tardó en hacerse nacional y los escabrosos detalles del caso terminarían dando la vuelta al mundo.

En su primera declaración, el homicida relató que día anterior había acuchillado a su padre, Donato Briz (65); a su madre, Ángela Torrico Sánchez (64), y a su hermana, María Inmaculada Briz Torrico (37), quien se desempeñaba como abogada.

Al poco tiempo se revelaría un antecedente clave: Luis Miguel presentaba una enfermedad mental.

Inusual escena del crimen

Uno de los policías que estuvo en la escena del crimen mientras se levantaban los cadáveres, señaló que “todo estaba muy limpio. Pulcro es la palabra exacta. Tanta limpieza llamaba la atención en un escenario que debía haber sido una auténtica carnicería”.

“Los tres cadáveres los había colocado uno junto a otro en un distribuidor que daba a la cocina. Estaban limpios a pesar de que presentaban muchas cuchilladas. Los había tapado con una sábana. Todo estaba ordenado como si no hubiera ocurrido nada”, agregó el agente a ABC de Sevilla.

A esta extraña situación se sumó el comportamiento del autor confeso, quien se mantuvo sentado en el living de la casa mientras la policía hacía su trabajo. Si bien podía ver los cadáveres de sus familiares a la distancia, Briz Torrico estaba relajado. Incluso hablaba de inversiones.

Los vecinos fueron más allá: dijeron que el hombre encargó tres coronas de flores, antes de cometer los homicidios.

Las confesiones del asesino

Y lo más impactante vendría después, cuando Luis Miguel le dio a conocer a los agentes sus actividades posteriores al triple crimen.

Según explicó, debido al cansancio que le generó el trabajo de aseo, tomó una siesta (con los cuerpos en la casa) y por la noche se fue a un burdel.

Respecto a los ataques que terminaron con sus familiares fallecidos, se pudo corroborar que su padre presentaba 14 laceraciones, mientras que su padre tenía 28. En cuando a su hermana, se dio por acreditado que el deceso se produjo luego de recibir una puñalada en el cuello.

Consultado sobre la causa del ataque, el homicida argumentaría más tarde que su irracional acto fue “en defensa propia”. De paso, contó que sus cercanos le hacían la vida imposible.

De acuerdo a su versión, al llegar a casa sus padres quisieron dañarlo con un cuchillo mientras su hermana le agarraba por la espalda. “Si no actúo en defensa propia, el que está muerto hoy soy yo”, dijo en el juicio.

Problemas mentales

Con el correr de los meses y el avance de la investigación, se pudo corroborar que Briz estaba diagnosticado con un cuadro de esquizofrenia paranoide desde 2003. Sin embargo, había dejado de tomar medicamento.

Con estos antecedentes, el sujeto fue declarado culpable en noviembre de 2014, pero debido a su alteración mental fue internado por un máximo de 25 años en un centro psiquiátrico. En la actualidad se encuentra recluido en un hospital penitenciario de Sevilla.

Cabe destacar que, si bien sus padres habían tratado de incapacitarlo para “proteger el patrimonio familiar”, Luis Miguel terminó heredando todo.

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