“Podrían haber sido ministros de Piñera”, dijo el columnista, “sociológicamente hablando”.
En una ácida columna, el escritor Rafael Gumucio analizó el origen “privilegiado” del presidente Gabriel Boric y compañero “mosquetero”, el diputado Gonzalo Winter.
Para Gumucio, Boric es “como el ’jovencito’ de la película, el nieto que todo abuelo quisiera tener y Winter, el voluntarioso campeón de esgrima verbal, el hombre que goza argumentando en los platós de actualidad de la televisión”.
“No solo quieren ganar, sino que no saben hacer otra cosa que ganar. Para eso entraron a la facultad de leyes de la Universidad de Chile, para ganar”, aseguró el escritor, porque Boric quería “volver a Punta Arenas con un prestigioso título de Santiago en las manos” y Winter “seguir una tradición familiar” como hijo de abogada y “nieto de quien fue uno de los penalistas más importante y famoso de su época: Alfredo Etcheberry”.
Gumucio estimó que ambos “querían ser respetables y ojalá ricos abogados”, hasta que las movilizaciones estudiantiles influyeron en su camino. “Se interpuso de pronto, En plena toma del 2009 la idea de que podían ser algo más que eso: líderes de un país huérfano de políticos hábiles, o al menos coherentes, de menos de 40 años”.
Según él, Boric y Winter “son políticos clásicos” y afirma: “En 1990 habrían sido PPD, en 1970 del MAPU, Demócratas Cristianos en 1965 y Radicales en 1920″.
Cuicos, cuicos
En su columna, publicada en el sitio Ex Ante, Gumucio aborda también cómo se mueven ambos políticos entre “los verdugos” de las redes sociales y su “privilegiada” posición social.
“Las redes sociales han instalado en medio de la plaza una guillotina que ningún Robespierre gobierna. Esta decapita a todos los que considera parte de los ‘privilegiados’. Winter y Boric ayudaron a instalar esa guillotina al centro de la plaza pública. Han vivido de ella, sin dejar de saber que hay pocos cuicos más cuicos que ellos, y pocos más privilegiados”, lanzó el analista.
Y le agregó más: “Sociológicamente hablando podrían haber sido ministros de Piñera, el hombre para quien se levantó la guillotina”.