“Haz que los adversarios se den la mano”: Papa Francisco pidió por la paz en Ucrania durante el Vía Crucis
La ceremonia estuvo marcada por la presencia de dos mujeres, una rusa y la otra ucraniana, quienes llevaron la cruz en la XIII estación, la cual alude a la muerte de Jesucristo.
Durante la jornada de este viernes y tras dos años de pandemia, se realizó el Vía Crucis de Viernes Santo en Roma, instancia en la que se conmemoró el camino de Jesus a la crucifixión y en la que se realizó una ceremonia a cargo del Papa Francisco, líder de la Iglesia Católica.
En el evento religioso, el cual se centró en la importancia de las familias, 14 grupos se fueron pasando la cruz mientras se leían pasajes, para que luego dos mujeres la recibieran para llevarla en la XIII estación, la cual simboliza la muerte de Jesucristo.
Como referencia a la invasión militar de Rusia en Ucrania, un conflicto frente al que el Papa Francisco ya ha manifestado su preocupación, las personas elegidas fueron una enfermera ucraniana y una estudiante rusa, quienes trabajan juntas en el Campus Bio-Médico de Roma.
“Tómanos de la mano, como un Padre, para que no nos alejemos de ti; convierte nuestros corazones rebeldes a tu corazón, para que aprendamos a seguir proyectos de paz; haz que los adversarios se den la mano, para que gusten del perdón recíproco; desarma la mano alzada del hermano contra el hermano, para que donde haya odio florezca la concordia”, manifestó el líder religioso en una oración final.
Lo último
hace 12 min
hace 27 min
13:00
El nuevo Metroid Prime 4: Beyond no está exento de irregularidades, pero cuando se apoya en la exploración solitaria, el diseño de niveles y la atmósfera, demuestra por qué la saga sigue siendo una de las mejores de Nintendo.
Review | Metroid Prime 4: Beyond, un regreso ambicioso que alcanza sus mejores momentos en la exploración
12:54
12:37
11:10
La adaptación de la novela de Freida McFadden no reinventa el género, pero abraza sin pudor su ADN de cine clase B, recicla viejos tropos noventeros y se apoya en Amanda Seyfried para convertir su precariedad en un placer culpable que funciona mientras dura.