Durante los cuatro años que fue canciller de Bachelet, Heraldo Muñoz trabajó en el caso que Chile ganó en la Corte Internacional. El político PPD que creció jugando a la pelota en Estación Central, ahora suena como candidato a la presidencia.
Chile le ganó a Bolivia y el Gobierno celebró en La Moneda, pero varios personeros de oposición y algunos del oficialismo se acordaron de un político que mucho tuvo que ver en el triunfo en La Haya: Heraldo Muñoz, el canciller de Michelle Bachelet que durante cuatro años trabajó en el caso.
"Me lo esperaba, pero no creí que fuera tan contundente como fue. Pero tenía la seguridad que teníamos la razón, y que este caso lo íbamos a ganar. Fue un triunfo aplastante y eso es lo que en cierta medida me sorprendió", declaró el político de 70 años que creció jugando a la pelota en Estación Central, cerca del tradicional restorán El Hoyo, que creó su abuelo y ahora es de unos primos.
La vida de Heraldo no ha sido fácil. Ha contado que su papá -que vendía sacos de papas y de harina -murió de cirrosis por el alcoholismo a los 39 años, cuando él tenía 17 y era el mayor de tres hermanos.
Su mamá era profesora normalista y Heraldo debió esforzarse desde chico para ayudar en la casa. Estudió en la escuela República de Colombia y después en el Liceo de Aplicación, para luego entrar a cursar inglés en el pedagógico, pero no duró mucho.
A los 18 años se ganó una beca para estudiar en Nueva York, y como no incluía su sustento debió lavar platos y manejar un camión que repartía insumos para restoranes. En EE UU también conoció a su esposa, Pamela Quick, con quien tuvo una hija que se dedica a la música electrónica.
Ha declarado que "no entré a la política para dedicar la vida al servicio público, entré porque apoyaba a Salvador Allende". Y por eso durante la Unidad Popular fue supervisor nacional de los Almacenes del Pueblo.
El golpe de Estado lo privó de ese cargo y además de la posibilidad de representar a Chile en un panamericano de lucha olímpica, porque formaba parte de la selección que participaría del tornea a celebrarse el 74'.
En los 80' fue de los fundadores del Partido por la Democracia y hace unos meses recordó el trabajo que le significó instruir a diez mil apoderados de mesa para defender los votos del No en el plebiscito de 1988.
Actualmente es presidente de su partido y su nombre quedó tan bien parado luego del fallo de la Haya, que algunos dirigentes del PPD lo ven como una posible carta presidencial.
Ante esa posibilidad, aquel muchacho de los años 50' que creció jugando a la pelota en la calle en medio de carencias económicas, declaró: "Nunca he tenido una ambición presidencial, pero cada cosa a su tiempo".