Héroe sin capa armó oasis de alegría en la frontera

En movida de JetSmart y La Cuarta, el "Estúpido y Sensual Spiderman" llegó hasta Tacna para brindar un día especial a los niños que viven la tensa espera de ingresar al país.

El "Estúpido y Sensual Spiderman" ya se convirtió en uno de los virales más reconocidos del país. Detrás de la máscara hay un ecuatoriano de 34 años, que salta y baila en el metro y sigue sorprendiendo con sus videos callejeros en redes sociales.

Y en esta oportunidad, esta celebridad web aprovechó la celebración del "Día del Niño" para viajar a la frontera de Chile con Perú, a sacar sonrisas a los cientos de "peques" venezolanos que esperan ingresar al país.

"No podemos hacer oídos sordos con lo que está pasando en la frontera. Yo soy padre, y para mí es muy duro ver a niños de la edad de mi hijo que se están quedando en la calle para poder entrar al país. Mi intención es que al menos puedan pasarla bien en su día", dijo.

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Así, el héroe cuya identidad prefiere mantener en secreto, llegó hasta las afueras del Consulado de Chile en Tacna, donde cerca de mil personas se instalaron con carpas hasta regularizar sus problemas de visa. Allí, reunió a los niños en un sector y comenzó a bailar, dar saltos y a robar carcajadas, al ritmo de las canciones más top de su repertorio.

Una hora de felicidad bastó para prender la fiesta. Algunos ingenuos intentaban averiguar su verdadera identidad, otros se le lanzaban para sacarse fotos y no pocos gritaban de emoción, como si fuese el mismísimo Peter Parker. Objetivo logrado: la llegada del "Sensual Spiderman" alegró el lugar.

"Se mezclan las emociones, se siente la alegría y la tensión... Lo importante es que rompimos esa línea monótona a la que están expuestos estos niños, y estaban felices", agregó el arácnido, que pidió que lo llamáramos Renato.

Se repitió el plato solidario. Esta es la segunda vez que el intrépido trepamuros se acerca a la frontera para entregar su ayuda a los venezolanos. La primera fue hace tres semanas, instancia en la que costeó de su bolsillo la compra de 50 chaquetas, que regaló entre los niños.

Según cuenta Renato, le ha costado mucho conseguir algún patrocinio para realizar una ayuda significativa a los venezolanos. Hasta ahora, su único apoyo fue la aerolínea JetSmart, que financió sus vuelos a Arica.

"Me he movido por varios lugares, he hablado con varias personas y me ha ido mal. Espero ser escuchado pronto para visitar Tacna una vez más, pero esta vez con ayuda que vaya más allá de las risas, y que pueda ser útil", agregó Spiderman.

Tapó marcha con su tela. Renato también tuvo palabras para la manifestación antimigrantes que, sin autorización, se vivió ayer en Plaza Italia (ver página 4). "Me llegó a dar vergüenza ajena esa noticia. Ya llevo más de 17 años en Chile y tengo hijos chilenos. Soy de esos migrantes que está intentando hacer bien las cosas, participo de acciones benéficas y busco ayudar, porque quiero ser un buen ejemplo para mi hijo. Todo lo que uno como migrante ha defendido, esta gente que hace una marcha racista lo tira a piso. Menos mal no los están pescando mucho", cerró.

Su telaraña es una "trampa" de puro amor

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Cuatro años han pasado desde que el "Estúpido y Sensual Spiderman" protagonizó su primer viral. Fue en las calles de Providencia, donde el registro subido por Julio Stark captó al acrobático y bailarín superhéroe haciendo de las suyas.

En ese minuto solo se trataba de un video más, eso hasta que repitió la gracia un año más tarde. Esta vez, en el metro, bailando la famosa canción de la película Flash Dance.

¿Su identidad? Un misterio. Al igual que el héroe de Marvel, se la reserva, pero ante la insistencia, pide que le digan Renato. Es ecuatoriano, tiene 34 años y llegó a a Chile el 2002. Vino como juez a un concurso de baile y se enamoró de esta tierra.

"Me encanta su tranquilidad, es un país muy bueno y ordenado. Las cosas están peligrosas en otros lados, en cambio aquí se puede caminar tranquilo por la calle", detalló el hombre que ejercía la gimnasia en su país, pero una vez en Chile decidió estudiar danza.

Caracterizar al trepamuros fue más que un deseo, una necesidad. Trabajó mucho tiempo como profesor de baile, pero eso no le llenaba. El 2015 estuvo cesante, y se mudó a vivir junto a su polola. Ahí recibió dos noticias clave: ella también había sido despedida y, sobre la misma, se enteró de la llegada de su hijo.

Eso lo llevó a tomar la identidad del arácnido y renovar el panorama del arte callejero. "Al principio fue difícil. Veía cómo mis colegas se hacían hasta 20 mil pesos por hora, y yo con suerte $1.800. Pero fui aprendiendo a trabajar la calle, y me fui ganando a la gente. A los 6 meses, ya me hacía 40 lucas en una hora, y ahí pensé que esto era lo que quería", confesó.

Pero así como crece el reconocimiento, también lo hace el corazón, pues realiza eventos a beneficio a menudo, por distintas causas, entre ellas, la lucha contra el cáncer a la sangre, donde es rostro de DKMS, organización dedicada a esa labor.

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