Hijo del PDI lo despidió como todo un valiente

En el mausoleo de los mártires de la PDI en el Cementerio General descansan los restos del subcomisario Franco Collao, quien fue asesinado el jueves  por un ladrón de una banda que asaltó una juguetería en Santiago Centro.

El policía de 38 años, que andaba con su esposa embarazada de seis meses, intentó impedir el atraco, se agarró a balazos con el lote de cuatro patos malos y murió al recibir un impacto en el corazón.

A la misa en su honor, que se realizó en la Escuela de Investigaciones Policiales, llegó la Presidenta Michelle Bachelet, quien manifestó que “la mejor manera de honrar a Franco Collao es fortalecer la lucha contra la delincuencia”, y le entregó simbólicamente una bandera chilena a la viuda, quien estaba junto al hijo de cuatro años que tuvo con el fallecido policía.

Como todo un valiente, el retoño despidió a su papá y apoyó a su mamá en el momento más difícil de su corta vida.

Sobre las medidas para evitar más asesinatos, La Jefa agregó que “tenemos una agenda corta donde estamos endureciendo las penas, no para los homicidios, por ahí ya tenemos los máximos niveles de pena, pero sí para lesiones graves y para otro tipo de delitos que afecten a nuestros compatriotas”.

La ceremonia fue encabezada por el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, quien comparó al subcomisario con Jesús, porque entregó la vida por los demás.

Luego el cortejo fúnebre partió rumbo al cementerio y en el camino pasó por las oficinas de la PDI del centro en donde Collao recibió el cariño de sus pares.

De los responsables del homicidio sólo han apañado a un sospechoso, pero el resto de la banda está identificado y ya caerá.

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