Su hijo nació muerto y reclamó que no dejaban de enviarle anuncios sobre bebés

Pidió a Facebook, Twitter y Amazon que detuvieran el tráfico de publicidad invasiva sobre guagüitas cuando iniciaba sesión, pues no podía vivir su duelo en paz.

El ejemplo perfecto de lo invasiva que puede llegar a ser la publicidad en internet la vivió Gillian Brockell, una periodista del The Washington Post, cuyo hijo nació muerto.

La mujer fustigó a redes sociales como Facebook, Amazon e Instagram por seguir recibiendo publicidades relacionadas con bebés, después de regresar a casa desde el hospital.

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"Sé que sabían que estaba embarazada", escribió Brockell a las compañías en una carta pública. "Es mi culpa, simplemente no pude resistir esos hashtags de Instagram. Incluso, cliqueé una o dos veces en anuncios de ropa maternal que me aparecieron en Facebook. Pero, ¿no me vieron también googleando 'trabajo de parto prematuro' y 'bebé no se mueve", remarcó.

El vicepresidente a cargo de la publicidad en Facebook se disculpó con ella. Pero Brockell agregó que después de bloquear las publicidades de bebés, recibió anuncios sobre cómo adoptar a un niño.

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