Una imagen que subió su madre a redes sociales dio cuenta de la historia de dos hermanos, de 13 y 10 años, que todos los días deben subir hasta la punta de un cerro sólo para poder cumplir con sus deberes escolares. Tras viralizarse el relato, el alcalde de Vicuña comprometió su ayuda para cambiar este escenario.
Andry y Manuel son dos hermanos que viven a los pies del Cerro Negro, a unos cuarenta minutos de Vicuña. Allí, rodeados de montañas y animales, se pasan el día entre los estudios, uno que otro juego y las labores de pastoreo típicas de la zona. Andry, el mayor, tiene 13 años, cursa octavo básico y sueña con convertirse en un gran veterinario. Para Manuel, de 10, el objetivo no es otro que ser jinete. Una conexión con los animales que también se refleja en su hogar: además de su perro, "Yako", albergan a cerca de una decena de gallinas y otro puñado de pollitos.
Para concretar esos sueños, sin embargo, día a día Andry y Manuel deben combatir contra las desigualdades de la educación pública nacional. Más ahora, con las condiciones que propició la pandemia: mientras una gran porción de los estudiantes de liceos de la zona logran estudiar desde sus casas, ellos tuvieron que ingeniárselas para apenas hallar una conexión a Internet estable. Parece broma, pero para asistir a sus clases online, los hermanos deben caminar literalmente hasta "la punta del cerro".
La rutina es la siguiente: cada mañana juntan todos sus materiales, cuadernos, libros, una mesa y un computador en una carretilla, y suben hasta un pasaje que queda en lo más alto de un cerro, a 50 metros de la casa. Es la única manera en la que pueden conectarse y prestar atención a sus profesores. Sus clases comienzan a las 08.30 y se quedan ahí hasta las 14 horas. Aun cuando en ocasiones, dicen, la conexión comienza a flaquear desde las 11.
"Es difícil traer las cosas para acá, porque la conexión es mala, el sol es fuerte, uno pasa acá sentado estudiando y cuesta. Este es el único lugar donde agarra la señal, en el computador o en el celular de mi hermano chico. Me gusta esta vida, pero también es difícil", le confesó Andry, el mayor, a Diario La Región.
Para paliar un poco todo lo que conlleva este escenario, el año pasado a los hermanos se les pasó un módem de Movistar con su respectivo computador. Sin embargo, debido a la cantidad de cerros que colindan con el sector, la señal en la zona no es del todo estable. De hecho, cuando han logrado por fin conectarse, según cuentan los propios niños, muchas veces les pasó que la demora en cargar les pasaba la cuenta con las clases.
Según consigna La Región, tan sólo la empresa Wom es capaz de alcanzar un nivel "decente" de conexión en el sector.
Es por eso que el alcalde de la comuna, Rafael Vera, visitó durante las últimas horas a la familia y se comprometió a ayudarlos para mejorar esta situación:
"Nosotros ya lo conversamos con sus padres y vamos a colaborar, vamos a buscar una empresa que les pueda entregar el internet que ellos se merecen, pero es notable lo que hace su madre, en términos de entregarles herramientas a los chiquillos", dijo el edil.
Verónica Azola, madre de los niños, fue quien les tomó una foto y, así, viralizó la historia. Hoy, ante el cariño que han recibido en redes sociales, está emocionada:
"Igual ellos de chiquitos han estado en el cerro, su estilo de vida es así y se acostumbraron, pero extrañan a sus profesores y a sus compañeros. Ellos bailan cueca, son bien participativos. Eso sí, nunca pensé que por subir esa foto iba a pasar todo esto, y tan rápido".