Las desconocidas historias tras las animitas milagrosas de Hans Pozo

El fallecimiento de Hans Pozo debe ser una de las muertes más crueles que la crónica roja recuerde. Desmembrado y desparramado por todo el sur de Santiago. Este joven, de entonces 20 años, fue asesinado por sicarios que cumplieron las órdenes de Jorge Martínez, empresario con quien supuestamente tenía una relación amorosa, mientras Pozo lo extorsionaba para obtener dinero, según consignó la investigación cerrada en 2013.

Lo curioso es que, pese a los escabrosos detalles de su homicidio, lo que sucedió con el joven después de encontrar su cuerpo entre La Granja, La Pintana y Puente Alto fue místico. Su nombre se convirtió en sinónimo de devoción por fieles que comenzaron a pedirle favores en las diferentes animitas que se levantaron en torno a su figura, la más importante, en la intersección de Quitalmahue y la Autopista Acceso Sur de Puente Alto.

En ese lugar se lee claramente la frase "Señor bendice este lugar" y "Dios lo tenga en su santo reino". De hecho, en el mismo espacio en donde quienes acabaron con su vida botaron sus piernas hoy se encuentra un altar improvisado. En esos años, unos perros que merodeaban el lugar encontraron las extremidades y dieron paso a todo un puzzle policial.

Buscando el descanso eterno

Pero solo pasaron meses después de la muerte para que surgieran las primeras muestras de afecto por parte de los vecinos del muchacho. Altares improvisados, flores y mensajes de agradecimiento eran el preludio para lo que vendría.

Una improvisada casita blanca, llena de placas y velas fue el lugar preciso para que algunos creyeran que Pozo obtendría el descanso eterno que le fue arrebatado de golpe. Aunque otros aseguran que la presencia del joven se sigue sintiendo en diferentes rincones de la comuna.

El paradero 30 de Santa Rosa era uno de los sitios preferidos de Hans. Ahí pasaba horas jugando a la pelota junto a sus amigos durante su adolescencia. En ese lugar también conoció las drogas que lo alejaron del buen camino, y es ahí en donde aparecería durante las noches. En medio de los angostos pasajes, el sonido de un niño pateando una reja, gritando despavorido en una multicancha llamó la atención de sus familiares, quienes creen que Pozo busca comunicarse con ellos.

Más allá de eso, el espectro del hombre deambula con autoridad en el sector sur. Personas llegan a rezarle, encienden una vela y se encomiendan a él, convencidos que Pozo se convirtió en un ser espiritual que busca ser el puente entre este mundo y lo abstracto.

Un ser milagroso

Sobre cuáles son los milagros que se le vinculan los vecinos señalan que los ayudó a conseguir trabajo, terminar sus estudios, poder adquirir sus casas y protección mientras estuvieron privados de libertad.

La población Marta Brunet también tiene su espacio reservado para el "Hampi", como sus seguidores lo llaman con afecto. Una cruz con su nombre guarda el recuerdo de lo ocurrido. A lo largo de la calle Quitalmahue también se vislumbran dos estaciones en donde se le rinde pleitesía. Todos en el sector conocen los poderes del "rucio", por eso lo respetan cuando pasan.

Una partida trágica como la de Pozo hace que cada uno de los sitios en donde fue desechado guarde energía. Ese brío es el que congrega a cientos en pos de su figura, fenómeno que va en aumento.

Su alma no puede encontrar descanso tras la dolorosa muerte. Su cuerpo mutilado aún está en la retina de quienes siguieron el caso por la prensa. El espíritu de Pozo no puede rendirse a la pausa eterna, por eso se llena de fortaleza cada vez que recibe visitantes en sus diferentes animitas. Los milagros y mandas que él cumple hacen que su lazo con el mundo terrenal siga vigente. Hans se siente querido, quizás cerrando los ciclos que durante su vida no pudo cumplir. La gente cree en él. Lo veneran. Eso es lo que ahora importa, los errores cometidos ya quedaron en el pasado.

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