Rolando González es más conocido por la gente por interpretar al Payaso Rolly, el cómico que entretuvo a los niños en la mina San José mientras esperaban que sus papás fueran rescatados y que, habitualmente, participa de espectáculos a beneficio.
El artista originario de La Serena lleva tres años radicado en Osorno y como la comedia no da tanta plata ha debido diversificar sus ingresos: hace una año trabaja sacando el hollín de las chimeneas en los techos de la capital provincial.
"Un día dije: 'voy a innovar' y me decidí a trabajar en eso. Un día me subí a un techo muy alto, de un tercer piso y me puse a mirar los paisajes, porque Osorno es muy lindo, y me di cuenta que había unos pequeños mirando por la ventana y se me salió lo payaso", dijo.
- ¿Y qué hizo?
- Saludé a los niños por la ventana y me dio la tontera e inventé un baile y los niños sonrieron y se soltaron y nos saludamos.
- ¿Y el Hombre Araña cuándo se le ocurrió?
- Poseo unos trajes que los tengo de cuando me toca ir a eventos infantiles o cumpleaños, y tenía el del Hombre Araña, que casi nunca me piden. Así que me dije: 'Lo voy a agarrar y me voy a tirar a hacer algo divertido por los niños', y partí en un techo de dos pisos.
HOMBRE ARAÑA CON CUÁTICA
- ¿Qué cuática hace?
- Hace un tiempo practicaba artes marciales y conocía de linchacos y katanas, así que con los fierros de la combustión con los que trabajo empece a hacer movimiento de katana como helicóptero y empezaron los niños a mirar.
- ¿Siempre trabaja disfrazado?
- Pregunto si tienen niños y si es así, a qué hora llegan, y ahí voy.
- ¿No teme caerse?
- Me preocupo mucho de la seguridad. Como civil tiro cordeles para subir a través de una cuerda y los niños no la ven y piensan que escalo con facilidad, y cuando estoy arriba empiezo con el show y después bajo y a los niños les doy una charlita de seguridad; hablo de la combustión, les digo que no deben jugar con fósforos, que no se metan en las cocinas, que no tomen la tetera con agua caliente... esas cosas.
- ¿Desde cuánto sale el servicio?
- Las tarifas dependen de la situación económica de los clientes, son conversables. Mi negocio se llama "Limpieza el tigre", pero le voy a poner "Limpieza el Hombre Araña".