Hasta la mañana de ayer, Sandoval estuvo pegado a la tele, sin perderse detalle alguno de lo informado respecto al incendio forestal que afecta a varias regiones del país. La razón de su preocupación corre por sus venas, porque en Santa Olga tiene familiares que lo perdieron todo por culpa del voraz paso de las llamas.
A primera hora de ayer, Bruno se contactó con los suyos y pasado el mediodía partió desde Los Ángeles, donde reside actualmente, a la zona de catástrofe para ayudar a su tío, Omar Sandoval, de ochenta y tantos años, y a su prima Marcela, quienes debieron ser evacuados hasta un albergue en Constitución.
Pese a tener su auto en panne y ni un morlaco en el bolsillo pa' pagarse el pasaje en bus hasta la Región del Maule, el también artesano decidió viajar a dedo. "Los familiares que tengo en Santa Olga perdieron todo lo que tenían. Mi tío es una persona mayor y le cuesta desplazarse. Por eso llevo todo tipo de cosas para poder colaborar", le soltó al diario pop mientras un camionero lo acercaba hasta Cabrero.
Durante el viaje, Bruno explicó que en Santa Olga la situación estaba bastante compleja. Y como tiene grabado en su memoria los difíciles momentos que le tocó vivir en Pelluhue, cuando el tsunami arrasó su hogar, decidió devolverle la mano tanto a su parentela como a quienes más lo necesitan.
"Siempre he sido una persona que se interesa por ayudar al prójimo. Por eso voy preparado para colaborar lo más que pueda", mandó a decir mientras pasaba por Chillán.
Antes de perder la señal de su celular, el hombre-bandera soltó que lleva una nueva -y mucho más grande, según dijo- para que la gente de Santa Olga se motive y logre ponerse de pie.
"Tenemos que ayudar entre todos. No sirve criticar por redes sociales, hay que estar en terreno y ser un aporte para las personas que lo perdieron todo", aseguró.