Homicida de la parvularia actuó junto a sociate

El hallazgo de colillas de cigarro con saliva que no pertenecería a la víctima ni a su presunto asesino abrió la posibilidad de que en la violación y crimen de la parvularia haya participado un cómplice.

El antecedente lo entregó la fiscal jefe de la zona Occidente, Solange Huerta, luego de formalizar a Víctor Navarrete Cid por el secuestro agravado por violación y homicidio de la joven de 25 años Natalia Zúñiga.

Huerta dijo que en la parcela de San Bernardo donde la parvularia fue asesinada y quemada, la policía halló 200 evidencias, entre ellas "colillas de cigarro con material genético de un hombre NN".

Por lo mismo, los peritos deberán volver a pesquisar "uno a uno" a los 2 mil sospechosos con los que empezó el caso de la parvularia.

La nueva línea de investigación se supo en la formulación de cargos de Víctor Navarrete, alias el "Callulla".

En la audiencia se informó que el día del crimen el delincuente tomó por la fuerza a la víctima a las 7 de la mañana y la intimidó con un cuchillo para llevarla a la parcela del camino La Vara, donde la violó durante 2 horas.

A las 9.10 horas, continuó el relato del Ministerio Público, la parvularia logró pedirle auxilio por celular a su hermano y luego alcanzó a recibir dos llamadas antes que el "Callulla" le pegara y la acuchillara en el cuello, la cara y la cabeza. El hampón apuñaló con tanta fuerza a la Tía Nati que llegó a quebrar la punta del cuchillo, añadió la fiscal.

Huerta puntualizó que tras degollar a la joven, Navarrete armó una pira con palos sobre su cuerpo y le prendió fuego. Antes de quemarla, el malhechor le choreó el monedero y un celular.

Pese a que con el incendio quiso borrar los rastros del crimen, el delincuente no contaba con que en la vagina de la víctima los peritos forenses hallaron ocho espermios, cuyo ADN coincidió con el del homicida.

Después de acriminarse, el "Callulla" estuvo tres semanas fugado hasta el lunes pasado, cuando fue detenido por el asesinato de Arnaldo Araneda Ibarra, ocurrido el 4 de julio.

Víctor Navarrete Cid tiene un proceso pendiente desde 1987 por robo con homicidio y venía arrancando desde Valdivia, donde registra condenas por robo con fuerza, hurto y porte de arma blanca. También tiene ficha por lesiones y amenazas en violencia intrafamiliar.

Ante la gravedad del homicidio de la parvularia, el presidio perpetuo que arriesga y su historia criminal, la jueza Daniela Guerrero consideró que su libertad es peligrosa para la sociedad y lo mandó a prisión preventiva.

Debido a que los presos de la cárcel Santiago 1 quieren sancochar a Navarrete con agua hirviendo, la magistrada ordenó a Gendarmería mantener al imputado con vigilancia y aislado de sus enemigos.

Víctor Navarrete vivía en la villa Panamericana, en San Bernardo, y convivía con una mujer conocida como la "Gabi". Es pintor de brocha gorda, y está completamente chupado por la chicota y los pipazos de pasta base.

"ESE HOMBRE DEBIÓ HABER ESTADO PRESO MUCHO ANTES"

"Nosotros dijimos el mismo día del crimen que a mi hijo lo había matado el 'Callulla', pero nadie nos pescó. Si la policía y la Fiscalía nos hubiesen tomado en cuenta, ese hombre estaría preso mucho antes y no habría matado a la parvularia", dijo a La Cuarta Arturo Araneda, padre de Arnaldo, quien dejó a la viuda con 3 hijos de uno, 3 y 5 años.

Según la Fiscalía, el joven de 25 años fue asesinado por Víctor Navarrete en la madrugada del 4 de julio, cuando regresaba a su casa después de encaminar a un tío, en San Bernardo.

El "Callulla" habría apuñalado a Arnaldo en la ingle y la espalda porque no le dio cigarrillos ni plata, a media cuadra de su casa, en la población Tejas de Chena.

"En el velorio un hombre se acercó y me dijo 'a su hijo lo mató el Callulla' y hasta me dio su dirección. Con esos datos fui a Investigaciones, pero me dijeron que sin la orden del fiscal, no podían hacer nada. Mi nuera tuvo que hablar con la alcaldesa para que los detectives empezaran a buscarlo", dijo Arturo.

El fiscal Luis Cortés señaló que la búsqueda del presunto asesino se dificultó porque "se ocultó y además manejábamos otro apodo (el "Gualeta") que no coincidía con el alias del sospechoso".

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