El megasacudón que afectó a este largo y angosto calcetín de tierra no sólo sembró la destrucción en varias regiones. La inclemencia de la madre natura también atacó donde más duele después de un caluroso día de verano: En la cerveza.
La planta de la CCU en Quilicura quedó con serios daños en sus áreas de filtración y envasado tras el terremoto, lo que provocó pérdidas cercanas a los 20 millones de litros, según informó la compañía. La empresa, a través de sus marcas Escudo, Cristal y Heineken, entre otras, es la principal firma del mercado con un 86% de participación. La pura planta de Quilicura abastece al 70% de la demanda a nivel país.
Pero no fue la única en sufrir. Cervecerías Chile -la segunda en el mercado- tampoco quedó sana y salva tras el terremoto. La fábrica, ubicada apenas a un kilómetro de la CCU, resultó con daños y se encuentra a media máquina. Todo mal.
Los miles de consumidores que quedaron en sequía tras la pana de las principales cervecerías del país no pueden creer tal ensañamiento de la naturaleza, pero aseguran que seguirán fieles a la chela. Incluso varios fueron a supermercados a acaparar las pocas botellas y latitas que quedaban en las estanterías.
"Lo más probable es que nos suban los precios, pero el consumo no va a bajar. Menos con el calor", señalaron Vivian (24), Mario (24), Cinthya (25), Natalia (24) y Maca (27), quienes compartían fríos y espumosos schops en Plaza Ñuñoa para pasar el calor, juraron.
Pero pese a que el país quedó ultra seco, los que la están pasando como el ajo son los dueños de los boliches, pubs y restaurantes varios, pues con la pana tendrán que ingeniárselas a puro melón con vino. "El despacho está súper inestable, hay escasez y los distribuidores tampoco tienen mercadería. ¡Los próximos días serán críticos!", señaló el dueño del De Niro.
"La CCU no va a funcionar bien por un mes... las latas de medio son la alternativa más viable", agregó Gianna Seppi, del Café Dante.