Era el lanzamiento del libro "Manual para dirigentes sociales", escrito por Cecilia Castro, justamente una dirigenta de campamentos que de a poco ha ido mejorando su situación y hoy se luce como guaripola de la Corporación de Dirigentes de Campamentos "También somos chilenos".
Con tal precedente, al evento realizado en el campamento Los Tilos de Estación Central llegaron los ministros de Vivienda, Magdalena Matte, de Planificación, Felipe Kast, y la maestra de ceremonias, la conductora de "Teletrece" Soledad Onetto.
Fue justamente la rubia y linda periodista la que se robó la peli en el asentamiento vecino a la Casa de Moneda, ya que tras una pequeña arenga, la chiquilla presentó a un grupo de cueca proveniente del campamento Fundo San José, en Cerrillos.
Pero la Sole no contaba con que entre los emperifollados bailarines se encontraba un huaso más que picarón. Era Luis Felipe Lizama Ulloa, de fogosos 18 años, quien sacó a bailar a Onetto, pese a que ésta dijo no saber ni tampoco querer zapatear el ritmo chilensis.
"Yo le enseño, yo la guío", le dijo Lizama y sacó a la animadora a la pista de piedras y tierra. Ella, que ya no podía guatear, tuvo que ponerse a zapatear con taco alto nomás.
Pese a que la cueca no salió de lo más bonito que se ha visto, la Sole salió al paso del mini galán que hasta clases particulares le ofreció a la rubia. "Nos quedamos pegados después de una media luna y ella me dijo que le iba a tener que enseñar... cuando quiera", le dijo Luchito antes de ofrecerle cototas "clases particulares".
"Se las ofrecí pa' hacerme el galán, pero casi me terminan pegando, pero me tenía fe y lucí galante".
Por su litro, la Onetto estaba cansada de tanto ajetreo matinal y dijo que el cabro "me sacó a bailar y estaba de lo más canchero, como buen huaso joven, canchero y entrador. Se notó que era una humorada, dijo Onetto mientras la polola de Lucho miraba con cara de tres metros.