El powerlifting es parecido a la halterofilia, pero requiere menos técnica para levantar los pesos y por eso la fuerza bruta del deportista es primordial.
De la Villa Parque Costanera, de Temuco, es Abraham Navarrete Currin, un guardia de seguridad de 32 años, que hace tres cambió la práctica del fisicoculturismo por el deporte mediante el cual pretende representar a Chile en el mundial que se realizará, a mediados de noviembre, en Argentina.
El forzudo es una verdadera mole. Mide un metro 76 centímetros, pesa 140 kilos y trabaja imponiendo respeto en el sector por donde se examina a los delincuentes en el Hospital Regional.
Gana 298 mil pesos al mes, es casado, tiene una hija y luego de pagar las cuentas nada le queda para invertir en su deporte.
Por plata Abraham estuvo a punto de faltar a un torneo nacional realizado el 27 de mayo, en Los Ángeles, pero gracias a un amigo que le prestó diez mil pesos pudo partir en bus, a las nueve de la mañana de ese día, y compitió en la tarde.
"En la noche me fueron a tirar al terminal, se paleteó un cabro que me preguntó con quién venía, le dije que solo, y todos andaban con entrenadores y kinesiólogos, y yo con una mano por delante otra por detrás".
"Los mismos competidores me prestaron vendas para las muñecas y para las rodillas, porque con tanto peso es fácil que a uno se le pueda salir un huesito. También me prestaron el cinturón para fajarse y lo único que me compré fue la malla, porque, o sino, no me dejaban competir".
Y en la justa deportiva al temuquense le fue bacán. Obtuvo el primero lugar entre los pesos pesados, al levantar 810 kilos: 320 en sentadilla, 190 en brazos y levantó 300 kilos de peso muerto desde el suelo hasta la altura de la cadera.
Hambre
La falta de recursos la sufrió a la hora de almuerzo en la competencia. "Lo único que comí fue un completo que me costó mil pesos y una bebida que me regaló la señora del negocio porque le debo haber dado pena", recordó.
La alimentación de competidores de su categoría debe ser digna de un luchador de sumo, con harta carne, lácteos y huevos, pero por plata Abraham se llena la guata con arroz, tallarines y, sobre todo, pan.
En gimnasio gasta 15 mil pesos y para evitar ese desembolso, se va a reunir con un concejal y así ver la posibilidad de entrenar en dependencias municipales. Además, pedirá una audiencia con el alcalde Miguel Becker para solicitarle ayuda y poder representar a Temuco en el extranjero.
El forzudo también se está moviendo con particulares, con la intención de conseguir auspicios y ya tiene algo visto con una prestigiosa sanguchería de su ciudad que le podría aportar las proteínas que su cuerpo necesita.
Para clasificar al mundial, Abraham debe repetir su rendimiento en un torneo que se realizará en octubre en Talca, pero ese no es su desafío; lo más difícil será que junte las lucas para los pasajes a Buenos Aires, la alimentación y la estadía, che.