Un amigo del actor Christian Olsen descubrió en Europa el secreto que les permite a los indios levitar en su país, y el año pasado, de regreso a Chile, se lo traspasó.
Pasar de la técnica secreta a la práctica le tomó varios meses de trabajo e investigación que ayer dieron frutos en la primera presentación pública que hizo con la ayuda de su hermano en el paseo Las Palmas, de Providencia.
El mago se instaló en un rincón, se metió bajo un viejo toldo verde y luego de quince minutos, cuando fue descubierto por su hermano, apareció volando afirmado sólo de un báculo.
De un segundo a otro se juntó un montón de gente que comenzó a tomarle fotos con sus celulares y dejarle monedas en un tarro, sin saber cómo lo hacía para vencer la fuerza de gravedad.
Algunos cabros se dieron cuenta que el traje del ilusionista recordaba al dios el trueno del juego Mortal Kombat y esa puesta en escena, según el actor, sería una plus a su favor con respecto a los Magic Twins, que hacen trucos similares. "Yo tengo una línea más teatral", explicó.
La idea del ilusionista es presentarse un tiempo más en la calle y ofrecer su espectáculo a empresas que deseen asociar su imagen con el impacto que causa el espectáculo de Christian.
El artista autodidacta cuyo nombre de mago es Yakusan, agregó que está trabajando en otros dos trucos de levitación que pretende ofrecer a fin de año en una presentación más elaborada que podría ser en un teatro.
La magia marca un vuelco en la carrera artística de Christian porque hasta hace un año no tenía nada que ver con eso. Primero estudió cine en la Uniacc, luego teatro en la escuela La Mancha y hasta ahora trabaja en la compañía de teatro infantil Otorongo.
El cabro también tiene su lado místico porque vivió en un monasterio zen en el Valle del Elqui y fue asistente de Alejandro Jodorowsky en sus talleres de psicomagia.
El único temor del mago es la posibilidad de ser detenido por la policía porque no tiene permiso para actuar en la vía pública. "Cuando fui a pedir autorización me dijeron que estas no existían así que depende de la buena voluntad y criterio de los carabineros", explicó el hombre volador que también quiere ofrecer su espectáculo en el barrio Lastarria.
Ayer, luego de quince minutos de levitar afirmado sólo de un bastón, el ilusionista terminó su primera presentación. Manifestó que quedó súper contento con la recepción y el respeto de la gran cantidad de transeúntes que vieron su show y le donaron alrededor de mil pesos en monedas de 100 y 50 pesos.
Esta noche se presentará en el Ático Bar de calle Irarrázaval y confesó que piensa que el impacto que causará su magia podría verse incrementado por la influencia de las bebidas espirituosas en los asistentes que lo verán salir a volar a eso de la medianoche.