Personal de la Brigada de Ubicación Fantasmal de la PDI, en conjunto con la Sección de Inmigración de Espíritus Chocarreros de la policía civil, detuvo a una curandera peruana que ingresó a nuestro país ¡con la calaca de su papito querido dentro de una maleta!
La captura de la excesivamente regalona Gladys Ysabel Cochachi Chacchi (48) se produjo apenas cruzó el Complejo Fronterizo Chacalluta, en la Región de Arica y Parinacota, luego que funcionarios del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) descubrieran con horror la calavera entre sus pertenencias, envuelta en papel de diario.
"Ella en su declaración señaló que el cráneo pertenecía a su padrastro, quien la crió desde niña, y como tenía una gran cercanía con él lo guardó como recuerdo", explicó a La Cuarta el subcomisario Mario Abarzúa, jefe (S) de la Brigada Investigadora de Delitos contra el Medio Ambiente (Bidema) de la XV Región.
Tras descubrir el huesudo tesoro sentimental, la primera tincada de los sabuesos fue que la extranjera quería meter piola al país un producto con algún valor histórico, lo que fue desechado luego de un agudo análisis de los detectives.
"Nuestro personal experto descartó que el hallazgo correspondiera a osamentas de tipo arqueológico, porque aparentemente el cráneo tenía menos de 50 años", precisó el subcomisario Abarzúa.
Luego de descubrir el mate y cachar que no tenía ni un brillo pa' museo, la curandera finalmente pasó la noche en el calabozo por una infracción al Código Sanitario, ya que no declaró la calaca y podría venir llena de bichos y espectros perjudiciales para la agricultura.
"Al traspasar las fronteras se ponen en riesgo las barreras fitosanitarias del país, ya que pueden ingresar plagas y microorganismos", detalló el caperuzo de la Bidema, quien agregó que la detenida no entendía por qué diablos la laceaban, ya que se había paseado por Bolivia y Brasil con su padrastro en la maleta y nunca le dieron jugo.
Luego del frenesí inicial del esquelético descubrimiento, la señora Gladys relató calmadamente a los polis que su destino final no era Chile sino Argentina, donde se operaría de una catete úlcera que le fregaba la pita.
En el procedimiento médico el cráneo de su taita sería una especie de amuleto de la buena suerte, ya que tras su muerte la había acompañado por 20 años con puras buenas vibras, con un respetuoso silencio y sin pintarle ningún mono ni tirarle las patitas.
Luego de su control de detención, doña Gladys quedó libreta, pero con un gran vacío en su corazón y el bolso, porque le quitaron los restos de su papi. La Fiscalía Regional de Arica y Parinacota enviará el cráneo a sus colegas peruanos.