El gobierno ya ha tomado cartas en el asunto.
Complicada situación se vive en Brasil, esto luego de que un grupo de simpatizantes de Jair Bolsonaro entrara por la fuerza en el congreso nacional, la Corte Suprema y el Palacio de Planalto.
El grupo de manifestantes se encontraban frente al Cuartel General del Ejército en Brasilia, quienes luego de ser dispersados por la policía con bombas lacrimógenas, empezarían a desplazarse por las calles aledañas al Planalto y el Congreso.
Esto, según informó el portal G1, no fue suficiente para frenar la carga de la muchedumbre, los cuales, a través de la fuerza, pudieron entrar a los establecimientos ya mencionados.
La razón detrás de la manifestación se debe al intento por parte del grupo extremista de derrocar el actual gobierno de Lula, quien asumió al poder este 1 de enero. “Ese absurdo intento de imponer su voluntad por la fuerza no se impondrá. El gobierno del Distrito Federal afirma que habrá refuerzos y las fuerzas de que disponemos están trabajando. Estoy en la sede del Ministerio de Justicia”, afirmó el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Flávio Dino para el medio Folha de Sao Paulo.
Fuera de la ciudad
El actual presidente de Brasil se encuentra en Sao Paulo, más específico en Araraquara. El mandatario estaba acompañando a las víctimas de la zona, quienes fueron afectadas por las intensas lluvias.
Tras esto, el ejecutivo tuvo una reunión de emergencia con sus ministros de Justicia, de Defensa y de Relaciones Institucionales, donde se decretó la intervención federal en el distrito federal de Brasilia. Esta medida le da al Gobierno central de Brasil todo el poder para así hacer uso de todos órganos civiles y militares para restaurar la paz.