Jane Fonda le hizo la cruz al bisturí

La guapa rubia de Los Ángeles de Charlie se aburrió de integrar la lista de las celebridades más amigas de las cirugías plásticas.

No tendrá el récord de Cher, su colega actriz que a sus 73 invisibles primaveras admite el récord de 21 operaciones, pero igual Jane Fonda por algo aparece en todos los ranking de las celebridades más amigas del bisturí de Hollywood.

Una nómina, para algunos vergonzosa y para otros hasta motivo de orgullo, de la que, definitivamente, la recordada rubia guapa de Los Ángeles de Charlie se aburrió y, de frentón, quiere salir para siempre.

En una entrevista, por así decirlo a "arruga abierta" con la versión canadiense de la revista Elle, la ganadora del Oscar anunció que "no me volveré a cortar nunca más", a pito del eterno cahuín que siempre le apuntaba con el dedo como una de las actrices más adictas al enchulamiento.

Entre los top

Las últimas cuatro décadas, a vuelo de pájaro, la señora Fonda, que en verdad se llama Jayne Seymour, ha debido pelear contra el estigma de pertenecer a ese grupo de celebridades que más se lo pasan en un quirófano que envejeciendo como el común de los mortales.

Junto a Nicole Kidman, güena como ella sola para los retoques sutiles de Botox, y a otras no menos connotadas como Meg Ryan, Renée Zellweger, Michelle Pfeiffer y, por supuesto, John Travolta, quien es conocido por sus implantes capilares, Jane Fonda estaba en el "olimpo" de los recauchados de Hollywood.

Y, quizás por lo mismo, la también escritora optó por hacerle la cruz al enchulamiento a sus 82 inviernos. "No puedo pretender que no soy vanidosa, pero no habrán más cirugías plásticas... tengo que trabajar cada día para aceptarme a mí misma y es algo que no me resulta fácil", comentó en la misma entrevista donde repasó su difícil batalla contra la bulimia, que recién superó a los 40.

De hecho, esa pelea quizás fue aún más heavy, porque la multifacética Jane toda la vida estuvo obsesionada con la belleza, al punto que la bulimia la tuvo mal. "Me encantaba comer, pero quería estar delgada. Comía y vomitaba de 15 a 20 veces al día", admitió en una nota con la misma franqueza que ah

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