Los investigadores del caso están convencidos de que su pololo, Nicolás Zepeda, la asfixió hasta matarla. Ese había subido vídeos en internet amenazándola antes de su desaparición.
Narumi Kurosaki, la estudiante japonesa que desapareció en Francia en 2016, murió probablemente asfixiada a manos de su exnovio chileno, Nicolás Zepeda, afirmaron este lunes los investigadores franceses, que enviarán una comisión rogatoria a Chile "en las próximas semanas".
Kurosaki, de 21 años, desapareció en la ciudad de Besançon (centro-este de Francia), donde estudiaba francés, la noche del 4 de diciembre de 2016.
Pese a intensas búsquedas, su cuerpo no ha sido encontrado pero los investigadores están convencidos de que está muerta. "Hoy estamos convencidos de que, desgraciadamente, esta joven está muerta (...). No vemos qué más se puede hacer para encontrar su cuerpo", dijo el lunes el fiscal de Besançon, Etienne Manteaux, durante una rueda de prensa.
Pistas
Manteaux confirmó que no se había encontrado sangre en su habitación de una residencia universitaria de Besançon, donde varios testigos dijeron haber escuchado gritos de madrugada, y dijo que privilegia la muerte por "asfixia".
El exnovio de Kurosaki, Nicolás Zepeda, de nacionalidad chilena, que publicó vídeos en internet amenazándola antes de su desaparición, es "más que nunca considerado el principal sospechoso de este asesinato", agregó.
Zepeda regresó a Chile poco después de la desaparición de Kurosaki. La joven fue vista por última vez cenando con él en un restaurante cerca de Besançon.
Niega las acusaciones
Zepeda niega estar implicado en el presunto crimen aunque reconoció que estuvo con Kurosaki la noche en que ésta desapareció.
Las autoridades francesas enviarán una comisión rogatoria internacional "en las próximas semanas" para que el juez a cargo del caso pueda interrogar al sospechoso en Chile.
"Lo que ahora queremos es ir a Chile para poder interrogar al señor Zepeda (...) y para notificar claramente a la policía y a las autoridades judiciales la totalidad de los cargos que pesan en su contra", apuntó Manteaux.
Los padres de Kurosaki, que estuvieron en Francia la semana pasada, siguen manteniendo la esperanza de que su hija esté viva.